No solo porque podrá conseguir que el nivel de precios vuelva a la senda que trazó, sino que incluso podría quedar por debajo del objetivo puntual del 2009, que es de 5 por ciento.
Desde enero, los analistas financieros han sido optimistas con la meta del Emisor para este año. Según la encuesta que realiza el propio Banco, en ese mes esperaban que el costo de vida terminará este año en 5,28 por ciento (dentro del rango meta que va entre 4,5 y 5,5 por ciento) y en abril ya esperaban un 4,65 por ciento para todo el año.
Es factible que cuando les hagan la encuesta de mayo, su expectativa sea aún más baja pues en ella influirá el dato de inflación de abril, que se conoció esta semana, y que se convirtió en una prueba más de que el descenso del nivel de precios es innegable.
Hasta marzo, la inflación anualizada iba en 6,14 por ciento, ahora quedó en 5,73 por ciento. En los cuatro primeros meses del 2009, acumuló un incremento de 2,26 por ciento.
"El fenómeno de reducción de la inflación es inevitable, el dato de abril lo confirmó y en parte influye un elemento que tiene que ver con el cambio en las ponderaciones de la canasta familiar, pues ahora la comida pesa menos y por eso el encarecimiento de la papa no se ha sentido tanto en la canasta familiar", aseguró Camilo Herrera, presidente de la firma Raddar, especializada en temas de consumo.
En efecto, la papa es el producto que más ha subido de precio este año (48,52 por ciento) y sin embargo, el grupo de alimentos tan solo ha subido 2,36 por ciento entre enero y abril.
Otro factor, que según Herrera ayudará a cumplir la meta será la reducción de los precios de los combustibles, que se sentirá especialmente en mayo. No obstante, hasta abril, el combustible para vehículos es uno de los productos de la canasta que más ha bajado (1,14 por ciento).
Para Germán Verdugo, jefe de investigaciones económicas de la comisionista Correval, la razón por la cual el mercado le está creyendo a la meta de inflación es porque los factores que hoy tienen bajando al costo de vida, son los mismos que lo hicieron subir el año pasado: básicamente alimentos y energéticos.
"Esos dos tipos de productos están ahora a la baja, el arroz que se disparó en el 2008, bajó 1,36 por ciento en abril y el gas, 326 por ciento", explicó y agregó que en el descenso de la inflación también afecta un rezago del alza de tasas de interés aplicada por el Emisor el año pasado, lo cual constriñe el consumo doméstico.
No obstante, para Verdugo las proyecciones de un menor nivel de precios se basan principalmente en el registro histórico del país en la materia, pues la inflación que se acumula hasta abril representa el 64 por ciento de la de todo el año. "Cuando menos influenció, lo hizo en un 53 por ciento", precisó.
Pese a los buenos augurios, la inflación sigue golpeando más duro a los más pobres. En lo corrido del año la canasta familiar de los hogares de ingresos bajos fue de 2,43 por ciento, mientras que la de los de ingresos altos fue de 1,97 por ciento. La explicación está en el hecho de que los gastos en alimentos y vivienda (que son los que más pesan a ese grupo de la población) registran en lo corrido del año incrementos en sus precios por encima de la inflación total.
La cifra se ha incumplido 10 veces en 18 años
Desde 1991 cuando el país empezó a aplicar el esquema de inflación objetivo, el Banco de la República ha incumplido diez veces la meta establecida. Los primeros seis años fueron de falla consecutiva, pues se estaba en plena lucha por tumbar el costo de vida, que a finales de 1990 estaba cerca del 30 por ciento.
Posteriormente, entre 1997 y el 2001 todos los años fueron de buena nota, pero en el 2002 y el 2003 el Emisor se volvió a rajar.
Del 2004 al 2006 de nuevo vino el cumplimiento estricto y entre el 2008 y el 2009 otra vez el incumplimiento.
La meta ha sido objetivo de muchos debates, incluso entre el Gobierno y el Emisor, pues cuando esta se cumple, el Ejecutivo se adjudica el éxito.