Por ese propósito de la familia colombiana que la fundó (y que emigró inicialmente a la provincia de Andalucía), La Clave ha tenido despliegue informativo en la prensa del país europeo, pero ahora opta por focalizar sus negocios en Colombia.
"La gran virtud de la compañía reside en haber introducido a sus compradores en el sector financiero, extraño para ellos, a través de acuerdos puntuales con sucursales bancarias", dice en una entrevista con el diario 'El Mundo', de España, Jerónimo Cárdenas, uno de los directivos de la inmobiliaria.
En los 4 años de operación, La Clave también ha remodelado 5 edificios y está adelantando obras en otros cuatro de su propiedad. La compañía busca edificaciones completas que moderniza y adecua para su posterior venta a los inmigrantes y españoles.
Aunque no remodela directamente ni construye las obras, tiene un equipo encargado de subcontratarlas.
A pesar que e gran parte de sus clientes son inmigrantes de Colombia, Cuba, Argentina, Ecuador, Marruecos o Rumania, el 30 por ciento son españoles.
"Intentamos promocionar el país (Colombia) como destino de inversión inmobiliaria en España y Estados Unidos", agrega Cárdenas.
Según indicaron otras fuentes de La Clave a la agencia Europa Press, esa compañía construyó un proyecto en Sevilla, en la zona del Cerro del Águila, "a pesar de que los bancos miran con lupa las operaciones".
La compañía de los colombianos igualmente está próxima a definir un proyecto habitacional en Ecuador y adquirió en Colombia participaciones en centros comerciales y un lote de 4.000 metros cuadrados en Popayán donde edificará viviendas de estrato medio-alto.
Igualmente está en conversaciones para que a través de bancos españoles pueda financiar la compra de viviendas en los países de origen de los inmigrantes.
En el 2007, tuvo ventas por 254.000 euros, el doble del 2006, y este año espera terminar con 300.000 euros.
Aparentemente es una cifra pequeña, pero en medio de un potencial que hasta ahora empiezan explotar sus competidores, los bancos y constructoras: las remesas de los inmigrantes de España al resto del mundo suman unos 8.300 millones de euros
anuales.