Dentro de pocos años, el clásico procedimiento de introducir medicamentos, vacunas o distintos líquidos de acción medicinal en el cuerpo por medio de una jeringa y una aguja hipodérmica, será reemplazado en muchos casos por métodos menos agresivos, que reducen los pinchazos, el dolor y las molestias para el paciente a su mínima expresión.
Un sistema para inyectar medicamentos sólidos sin aguja, ha ganado un premio a la invención, dentro de los Medical Futures Innovation Awards 2007, considerados los Oscar de la industria médica británica.
El dispositivo Glide SDI inyecta una dosis de medicamento en polvo bajo la piel y es fácil de usar, por lo que resulta ideal para automedicación, según su inventor, el doctor Charles Potter. Este sistema elimina los pinchazos y las jeringas desechables.
Además, es adecuado para vacunas y medicamentos biológicos, y posibilita una mayor estabilidad y control de la dosificación al inyectarse el fármaco en polvo.
La compañía Glide Pharma está desarrollando una gama de medicamentos en polvo que se puedan inyectar con el Glide SDI.
El primero de estos productos, que ya ha comenzado a someterse a pruebas clínicas, es el acetato de octreotida, cuya patente ha caducado y que se utiliza como tratamiento previo a la cirugía de los tumores neuroendocrinos, y en la acromegalia, una enfermedad que dilata los tejidos y los órganos y puede conducir a una muerte prematura.
Medicamentos en la piel
Por otra parte, los tatuajes podrían convertirse en un método de vacunación más eficaz que la inyección intramuscular, según un estudio del Centro Alemán de Investigación del Cáncer en Heidelberg, en Alemania.
Los investigadores utilizaron una proteína del virus del papiloma humano para elaborar una vacuna de ADN, la cual administraron por medio de tatuajes y mediante inyección intramuscular, con y sin los adyuvantes moleculares (sustancias de ayuda) que suelen utilizarse para mejorar la respuesta de las defensas orgánicas.
El tatuaje -hecho con una aguja vibrante que origina una lesión e inflamación en la piel- proporcionó una reacción de anticuerpos más fuerte y una mayor diseminación de la vacuna en las células, que la inyección, incluso cuando se incluyeron más tarde los adyuvantes.
Además, los tatuajes cubren una zona de la piel mayor que una inyección, por lo que la vacuna de ADN puede entrar en más células.
Los investigadores tatuaron a una serie de ratones con una vacuna contra el virus del papiloma en humanos, causante del cáncer de cuello de útero, mediante una tinta transparente. Los ratones tatuados produjeron hasta 16 veces más anticuerpos que con las inyecciones intramusculares.
La razón para que el tatuaje permita una respuesta tan importante parece deberse a que, al dañar a ciertos tejidos, logran que las células del sistema inmune del paciente entren en actividad de inmediato en la zona de la herida.
Los científicos creen que este método puede ser útil para la vacunación rutinaria de ganado o la administración de vacunas terapéuticas a los seres humanos.
En materia de tratamientos de para la salud, todavía hay mucho camino por recorrer.