Este lunes se reanudaron en Medellín las negociaciones de un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Panamá; el viernes finalizaron con Costa Rica y sigue el proceso con los de la Alianza del Pacífico (AP), es decir, México, Perú y Chile.
La AP busca que en el momento en que entre en vigencia el TLC grande, la mayor parte del comercio intraalianza esté libre de aranceles, lo cual debe ser el resultado de la negociación en marcha, lo mismo que la porción restante, que corresponde a los temas y productos sensibles para cada país.}
Más allá de los desacuerdos internos que hay sobre la propuesta colombiana de desgravar de inmediato el 90 por ciento del intercambio comercial en la AP, pero sobre todo el tratamiento al otro 10 por ciento, lo cierto es que las negociaciones están caminando rápidamente, pues estas deben concluir el 31 de marzo.
Costa Rica y Panamá han expresado un gran interés en hacer parte de la Alianza, pero para esto deben tener TLC con los otros socios, que no es el caso de esas economías con Colombia.
Como con Costa Rica ya terminó la negociación, sigue ahora la revisión legal de los textos, su posterior discusión en el Congreso y la aprobación de la Corte Constitucional.
Según el ministro de Comercio, Sergio Díaz-Granados, el TLC con este país es un paso fundamental para consolidar las relaciones comerciales con Centroamérica y complementar el acuerdo que ya existe con el llamado Triángulo Norte (Guatemala, El Salvador y Honduras).
El intercambio comercial bilateral en el 2012 ascendió a 342,4 millones de dólares, de los cuales 274 millones correspondieron a exportaciones colombianas y 68 millones a importaciones desde Costa Rica.
Con Panamá se espera que el proceso negociador avance a buen ritmo, para lo cual los equipos de los dos países tienen que superar el muy sensible tema de verificación y controles aduaneros de las mercancías de salen del istmo, principalmente de su zona libre en de Colón, hacia nuestro mercado.
El año pasado, Colombia le vendió a Panamá 2.857 millones de dólares, concentrados en un 87 por ciento en productos minero-energéticos, mientras que le compró 72 millones de dólares, de los cuales, más de la mitad fue en maquinaria y equipo.
JORGE AUGUSTO CORREA
REDACCIÓN ECONOMÍA Y NEGOCIOS