La inseguridad jurídica acerca de los derechos sobre tierras cuyo origen fueran baldíos no solo ha motivado la salida de dos proyectos empresariales del área de la Altillanura, sino que tiene congeladas todas las inversiones en el oriente del país, según denunció la asociación empresarial para el desarrollo de la Orinoquia (Asorinoquia).
El problema empezó tras un fallo de la Corte Constitucional de agosto del 2012 que declaró inexequibles dos artículos del Plan de Desarrollo de la administración Santos que permitían la unión de varias Unidades Agrícolas Familiares (UAF) para grandes montajes agroindustriales. Y aunque luego se habló de un proyecto de Ley que subsanaba el problema, este sigue congelado.
El presidente de Asorinoquia, Hugo Estrada, le aseguró a Portafolio que, debido a la indefinición jurídica, hace meses que no se registra ninguna transacción de terrenos en las notarías de Meta y Vichada, el valor de la tierra ha bajado y están paradas iniciativas empresariales que podrían sumar de 350 a 400 millones de dólares, relacionadas con el cultivo de caucho, maderables palma y cultivos de pan coger. “De hecho, lo único que se está moviendo en el Llano es el petróleo”, anotó Estrada.
Recordó que hace cerca de dos meses liquidaron dos empresas del grupo Santo Domingo: la productora de cereales Sugranel y Naviagro, que se iba a dedicar al transporte fluvial por el río Meta.
A todo esto se suma que, desde el 2013, también han bajado las hectáreas sembradas de arroz en Casanare y Meta, de 140.000 a 100.000 hectáreas. “En tres meses, cuando llegue la época de cosecha, se verán más consecuencias”, agregó la directora de la Asociación, Clara Leticia Serrano, quien indicó que ya se han perdido cientos de puestos de trabajo en la región.
“Ya nadie está interesado en invertir y si dejamos esta zona así, va a volver a ser nido del narcotráfico”, añadió la directiva.
Con esto, dicen otros dirigentes de la región, queda además en entredicho el éxito del Conpes de la Altillanura que acaba de aprobar el Gobierno para convertir esa zona en la gran despensa del país, con inversiones por 9,6 billones de pesos en infraestructura. Asollanura enfatizó que en el llano pueden convivir la agroindustria con pequeños propietarios mediante contratos de asociación.
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