La estabilidad de la política económica del presidente Luiz Inacio Lula da Silva, y la creciente demanda de las materias primas brasileñas generan confianza.
En la última semana, Lacoste encontró una dramática expansión de sus negocios en Braisl, los cuales generan a su compañía más de 20 millones de euros anuales; el doble de hace cinco años.
"Nos parece que este país tiene perspectivas destacadas en materia de crecimiento y desarrollo. Y es por eso que está aumentando sustancialmente nuestra presencia aquí", dijo a la AFP Lacoste, hijo del tenista fundador de la empresa, René Lacoste.
Los espacios comerciales brasileños está plagados de logos europeos, entre ellos los de la española Telefónica, las italianas TIM y Diésel y la francesa Carrefour.
Legiones de Peugeots, Volkswagens y Fiats circulan por las calles.
Holanda encabeza la invasión europea concentrando inversiones en el sector de alimentos y es el principal inversor directo en Brasil, según Sobeet, un centro brasileño que realiza estudios sobre las multinacionales.
Los europeos responden por más de la mitad de los 34.300 millones de dólares en inversiones extranjeras directas que llegaron a la nación carioca en el 2007, dijo Luis Afonso Lima, presidente de Sobeet.
En comparación, Estados Unidos, principal socio comercial de Brasil y habitualmente un fuerte inversionista en América Latina, aportó el 17 de las inversiones del año pasado. "En términos de volúmenes y flujo, las inversiones europeas son más importantes que las norteamericanas.", dijo Lima.
Lima observó también que mientras China atrae crecientes capitales, Brasil recibe una cantidad mayor de inversiones europeas. Y por el momento no hay indicios de que el interés europeo decaiga.
Países europeos con inversiones relativamente bajas están ahora en busca de oportunidades y multiplican las visitas de empresarios y políticos con ese objetivo.
Tradicionalmente las compañías británicas "han tenido bajos niveles de inversión, pero en los ultimos 18 meses hubo un gran empuje" en Brasil, dijo Clive Allcorn, subdirector de Comercio y Desarrollo del consulado británico en Sao Paulo.
"Pienso que habrá crecientes oportunidades de negocios y a gran escala porque todo en Brasil es así", dijo Allcorn.
La atracción por el país de la samba se apoya en la estabilidad de la política económica del presidente Luiz Inacio Lula da Silva, y la creciente demanda de las materias primas brasileñas.
La inflación está bajo control, el país crece a un ritmo de 5 por ciento, el consumo se expandió gracias al incremento de la renta y créditos más accesibles y la moneda nacional se fortaleció ante el dólar.
Buena calificación
La agencia clasificadora de riesgo Standard & Poor's elevó la clasificación de la deuda brasileña a grado de inversión. La esperada mejora se produjo dos meses después de que el Banco Central brasileño declaró que la crisis de la deuda estaba superada, debido a que el país había emergido por primera vez como un acreedor neto.
"La mejora refleja la madurez de las instituciones y marco legal de Brasil, como lo evidencia el alivio de la carga fiscal y de la deuda externa, así como las buenas perspectivas de crecimiento", dijo la analista de crédito de S&P, Lisa Schineller en un comunicado en el cual anunció la nueva clasificación.