La volatilidad en las cotizaciones de las monedas frente al dólar, en especial las emergentes, ha vuelto con fuerza.
Y aunque el peso colombiano no ha salido tan mal librado, si se compara con lo que ha pasado en Argentina o en Turquía, la realidad es que los altibajos han sido fuertes e impiden detectar una tendencia clara.
(Dólar inició semana con pérdidas).
Solo en agosto, el precio de la divisa se ha movido en un rango de casi 160 pesos (entre 2.886 y 3.046 pesos), con lo cual su cotización promedio va en 2.956 pesos. Es más, las sesiones han sido agitadas, pues la variación promedio de cada jornada ha estado por encima de los 20 pesos.
Con esto, la foto de la devaluación de los emergentes en agosto va de la siguiente manera: la lira turca va cayendo 30 por ciento, y el peso argentino 23%. Muy de lejos le siguen el real brasileño con 9,4 por ciento, el rand surafricano con 8% y el rublo ruso con 7,7%. En la mitad de la tabla, con caídas de alrededor de 4%, están Chile, Colombia y Uruguay, y en medio de la turbulencia, aparecen casi planas el sol peruano y el peso mexicano.
Más allá de los asuntos propios de cada economía, como se sabe, temas con grandes implicaciones globales, entre ellos la guerra comercial, han generado muchos temores en los inversionistas y por eso prefieren refugiarse en activos considerados seguros.
Esto perjudica a los emergentes, toda vez que son los principales perjudicados por la salida de los capitales, y generalmente los administradores de portafolio hacen pocas distinciones entre unos y otros.
Sin embargo, todavía no hay luces de que esta situación pueda cambiar. Un despacho de la agencia Bloomberg señala que la volatilidad en los mercados emergentes es la más alta desde enero del 2009 (uno de los momentos más difíciles tras el estallido de la crisis financiera), según indicadores de JP Morgan.
Según Bloomberg, esto sugiere “que los operadores esperan que continúen las fluctuaciones más fuertes en las monedas de los mercados emergentes durante los próximos tres meses”. Añade que “gran parte del pesimismo gira en torno a la lira de Turquía, el real de Brasil y el rand de Sudáfrica”.
Pero ese no es el único frente externo al cual Colombia tiene gran exposición. El otro determinante de la tasa de cambio es el precio del petróleo en los mercados internacionales, que también ha estado agitado en las últimas semanas.
De hecho, los altos niveles de este año (por encima de los 70 dólares el barril de Brent) han impedido que la moneda colombiana sobrerreaccione a la coyuntura, como lo hacía tradicionalmente.
Si en algún momento la cotización cae por debajo del promedio, el peso va a desvalorizarse más.