Una de las razones por las que al mercado le está costando remontar es que los inversionistas empiezan a creer que la Reserva Federal se está quedando sin municiones.
A pesar de las repetidas intervenciones de la Fed, los bancos centrales y reguladores en todo el mundo, nadie parece capaz de prevenir mayores daños en bancos y otras instituciones
financieras.
Las acciones de los gigantes hipotecarios semiestatales Fannie Mae y Freddie Mac cayeron más de 45% la semana pasada. A finales de semana, los inversionistas sufrieron otro susto cuando el gobierno asumió el control del banco californiano IndyMac Bancorp
Inc., un gran prestamista hipotecario con activos por valor
de unos US$32.000 millones.
A la Fed todavía le queda mucho dinero por prestar a bancos e instituciones en apuros. Los inversionistas esperan que, si Fannie Mae y Freddie Mac entran en apuros serios, la Fed o el Departamento del Tesoro los rescaten.
Sin embargo, el tratamiento de shock que la Fed usó el año pasado ¿en especial los fuertes recortes de las tasas de interés¿ no es algo a lo que pueda recurrir tan fácilmente.
Desde hace un año, la Fed ha disminuido en más de tres puntos porcentuales su tasa de interés para préstamos a corto plazo, de 5,25% a 2%.
La Fed también ha anunciado una serie de programas de préstamo para ayudar a bancos y firmas de corretaje. Pero los inversionistas se están haciendo a la idea de que los grandes
recortes de intereses ya se han hecho, los mercados y la economía siguen en problemas y ahora tal vez hay que resistir el temporal.
"No creo que la Fed pueda agitar su varita mágica y arreglarlo todo en el mercado de capital", dice Ethan Harris, economista jefe para Estados Unidos de Lehman Brothers. Él cree que la Fed podría acabar recortando intereses otro medio punto porcentual, a 1,5%, pero no hasta avanzado el año, o a principios del año que viene.
Los mercados y la Fed enfrentan un dilema clásico que preocupa a los inversionistas y reguladores cuando acaba un período de boom económico. Cuando el problema de fondo no es demasiado serio, la intervención gubernamental es suficiente para limar problemas
y corregir el mercado, como sucedió en 1987, 1990 y 1998. Otras veces, los problemas son demasiado profundos para una solución
rápida.
En 2001, las acciones siguieron cayendo a pesar de que la Fed recortó los tipos de interés sustancialmente. El mercado bursátil se recuperó brevemente después de los ataques del 11 de septiembre, pero volvió a caer en 2002.
Esta vez los problemas son muy diferentes, pero una vez más parecen demasiado numerosos y diversos. Desde el año pasado, cualquier repunte en las acciones ha resultado temporal. Los inversionistas se están dando cuenta de que, a pesar de todos los esfuerzos de la Fed, la combinación de la caída del precio de la vivienda, un consumidor agobiado y la subida del precio del petróleo, perseguirá a la economía, los precios de las acciones y los bancos durante meses.
"El mercado puede caer más bajo", tal vez mucho más, opina preocupado David Kotok, presidente de Cumberland Advisors, una firma de gestión de fondos en Nueva Jersey.
Algunos economistas e inversionistas de la escuela del libremercado dicen que la Fed debería haber dejado que el mercado siguiera su curso el año pasado, para que bancos e inversionistas aprendieran la lección de no hacer inversiones insensatas en el futuro. Muchos se preocupan por lo que se conoce como el riesgo moral: el peligro de que los inversionistas
asuman demasiados riesgos con la expectativa de que el gobierno los proteja en última instancia. Sin embargo, la mayoría de economistas, adoptan la postura contraria: que el desplome de los mercados de capitales y la recesión hubieran sido terribles si la Fed no hubiera intervenido. Los optimistas dicen que el recorte de tasas temprano de la Fed hará que la economía aguante mejor la tormenta.
Y señalan que los efectos económicos de un recorte en las tasas normalmente tardan de seis meses a un año en sentirse; es decir
que empiezan a tener un impacto ahora. En 2003, la Fed bajó su tasa interbancaria a un mínimo de 40 años de un 1%, pero haría falta una calamidad para que volviera a ese nivel, especialmente con los precios del crudo haciendo escalar la inflación. En tiempos de problemas económicos, la Fed tiene que esperar que pase la presión inflacionaria antes de recortar tipos, y eso le impide tomar acción temprano.