Por medio de un comunicado, el presidente de Asecarga, Jairo Herrera Murillo, manifestó su desacuerdo con “actos de hecho como bloqueo de vías y asonada que no hace sino alimentar la perturbación social”, aunque acepta que las peticiones de la Conferación Colombiana de Transportadores (CCT) son justas.
Por eso, considera urgente que el Gobierno convoque a la Mesa técnica de combustibles y al Observatorio Nacional de Carga. Entre los puntos que Asecarga enumera se encuentran el piso mínimo para los costos de operación de los vehículos; mayor eficacia en la chatarrización y la creación de un fondo para el desarrollo de la carga.
El otro gremio que se declaró en contra de esta protesta fue el de la industria de semillas, representado por la Asociación Colombiana de Semillas y Biotecnología, Acosemillas. Su gerente, Juan Manuel Monroy, denunció que se están desencadenando enfermedades y plagas en los campos colombianos por la informalidad, el contrabando y la recirculación de las cosechas usadas como semillas en la agricultura nacional.
“Si el Gobierno cede ante los intereses de algunos que se resisten a la imperiosa necesidad de evolucionar con calidad, bajo el cumplimiento de la normatividad nacional e internacional vigente relacionada con la producción y comercialización de semillas, el agricultor colombiano entraría en un retroceso en materia de productividad y calidad que abonaría el terreno para la implosión del agro, acompañado con una masiva dependencia de importaciones de alimentos provenientes de países considerados hoy socios comerciales”, señaló el directivo en un comunicado.
Monroy indicó que si bien se debe fomentar al sector agrícola nacional, “el Gobierno no le debe dar juego a oscuros intereses de redes de comercializadores ilegales, quienes estafan y se aprovechan de los agricultores vendiéndoles semillas con problemas fitosanitarios, sin el debido control del Estado”.
Afirma que en Colombia hay un total desconocimiento acerca de la importancia del mejoramiento genético en la agricultura moderna y resalta que la investigación y desarrollo de semillas no sólo es ahora responsable por mitigar los efectos del cambio climático, sino que es la que promueve la competitividad, la productividad y la sanidad del agro.