Silva destacó la dinámica en el norte y el occidente de la ciudad, especialmente en la Vivienda de Interés Social (VIS).
"A pesar de que las ventas nuevas bajaron 23 por ciento en el primer semestre del año, frente al mismo periodo del 2008, las de junio mostraron uno de los incrementos más altos de los últimos 12 meses", dijo Silva.
De hecho, durante ese mes las transacciones aumentaron 19 por ciento, gracias a la gran acogida de las medidas. Según la dirigente, frente al semestre julio-diciembre, las ventas de VIS crecieron 37 por ciento, mientras que en junio aumentaron 43,8 por ciento (uno de los registros más altos de los últimos 3 años).
Esto coincide con las cifras de Coordenada Urbana, de la Cámara Colombiana de la Construcción, que muestran una tendencia al alza en el país.
Y llama la atención que el mercado de clase media logró frenar su caída. Según Silva, las ventas de inmuebles con precios superiores a los de la VIS disminuyeron 38 por ciento frente al primer semestre del 2008; sin embargo, al compararlo con el segundo, la contracción es de sólo 8,5 por ciento.
La presidenta de la Lonja de Bogotá citó un informe de Galería Inmobiliaria, que destaca el registro más alto de los últimos 10 meses en junio, superando en 30 por ciento el promedio alcanzado en el primer semestre del año y, en pesos, las ventas están 32,7 por ciento por encima del promedio de los últimos 12 meses.
Con el incremento de la demanda -aseguró la dirigente- la cantidad de proyectos también ha aumentado.
"Actualmente hay 8 por ciento más proyectos que hace un año (855), gracias a que la VIS repuntó 77 por ciento. Por su parte, la vivienda no social bajó 11 por ciento, en promedio, aunque se notan alzas en los segmentos con precios entre 200 y 600 millones de pesos, y superiores a 800 millones".
Tendencia al alza
Martha Pinto, presidenta de la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol), coincide con Silva y agrega que en la medida en que aumenten las ventas, el indicador de licencias aprobadas para la construcción también mejorarán.
"Y es que un constructor que vende bien siempre tendrá en proceso nuevos proyectos. Por eso, en la coyuntura actual un indicador más apropiado para medir el crecimiento del sector son las ventas y no el licenciamiento que reporta el Dane", agregó Pinto, a propósito del reciente reporte de la entidad estadística, que reseñó una caída de 28,1 por ciento en las licencias de construcción aprobadas en mayo.
Para la presidenta de Camacol, el incremento de 23 por ciento en las ventas de vivienda en el país durante el trimestre abril-junio de este año (frente al trimestre anterior), simplemente demuestra un cambio en la tendencia.
"El sector de la construcción viene de un largo ciclo de expansión que tuvo una duración de ocho años con un 2007 que superó todos los indicadores", recuerda Pinto.
"En el 2009 la desaceleración económica global y el menor dinamismo de la economía local han cambiado el desempeño de este y otros sectores, pero a diferencia de lo que pasa en las economías desarrolladas, en nuestro caso esa desaceleración ha sido moderada".
Según cálculos del departamento de estudios económicos de Camacol, con base en datos de la Superintendencia Financiera, la banca sigue prestando recursos para la adquisición y construcción de vivienda en una cuantía similar a la de un año atrás. Incluso en mayo pasado la cartera hipotecaria se incrementó en 7 por ciento", concluyó la dirigente.
Las preventas se consolidan
"La crisis de finales de los noventa dejó muchos aprendizajes, entre ellos, que hoy la mayoría de los constructores utiliza el mecanismo de ventas sobre planos y sólo cuando alcanzan un punto de equilibrio incurren en los costos de sacar una licencia de construcción", asegura Martha Pinto, presidenta de Camacol.
"Por eso ahora no existe sobreoferta de producto terminado sin vender (la participación de las unidades terminadas por vender como porcentaje de la oferta disponible es apenas de 5,6 por ciento). Por lo tanto, hay espacio para que la inversión se siga valorizando", dijo.