El mundo financiero está nadando desde hace días en aguas turbulentas, y el nivel de riesgo de perder plata está en aumento, incluso si esta se invierte en los Bonos del Tesoro de EE. UU., considerados los más seguros del planeta.
Ese fenómeno afecta por igual a pequeños, medianos y grandes inversionistas que tienen sus capitales en cualquier activo financiero.
Incluso, países como Colombia, que se habían convertido en los últimos años en destinos preferidos por los grandes capitales, están viendo cómo las pérdidas se volvieron una constante en activos como las acciones y los títulos de deuda pública interna de la Nación (TES), los más seguros del país.
En el mercado interno, las pérdidas son para todos, incluidos los más de 10 millones de afiliados a los fondos privados de pensiones, que en sus próximos extractos verán reflejada la situación en menores saldos.
Si bien las sociedades administradoras (AFP) dicen que esas pérdidas son contables y que se recuperarán por ser inversiones a largo plazo, la verdad es que el golpe es contundente.
Por el lado de los emisores, estos están viendo cómo cada día les está saliendo más caro sacar bonos para conseguir recursos que les permitan financiar sus proyectos de expansión. Posiblemente, la alternativa que les quede será recurrir al crédito bancario, en el que las tasas de interés están a la baja.
Una de las emisiones de títulos de renta fija más esperada desde hace varios meses es un paquete de bonos de deuda de Ecopetrol por tres billones de pesos, que –en caso de concretarse– le saldrá más cara. El Grupo Bolívar también tiene pendiente una colocación por 600.000 millones de pesos.
Las emisiones en el exterior también se están encareciendo por el mayor riesgo país, el aumento de las tasas de interés y el alza del dólar, que hace más costoso el endeudamiento. “Las tasas de interés de los Bonos del Tesoro de Estados Unidos han subido 200 puntos básicos (2 por ciento) en casi dos meses, y eso encarece cualquier emisión”, dice Camilo Pérez, jefe de investigaciones del Banco de Bogotá.
Obviamente, los ganadores en estos casos son quienes compran las emisiones primarias porque reciben una mayor rentabilidad. No obstante, en los mercados secundarios –algo así como el negocio del usado– cuando las tasas de interés suben, hay una desvalorización de los títulos de renta fija porque cuando un tenedor los vende se aplican mayores descuentos y se reciben menores recursos.
En Colombia, todas las emisiones de bonos han sufrido desvalorizaciones en el mercado secundario, entre las que se encuentran las efectuadas este año, lideradas por las principales entidades financieras del país.
“En la medida en que se sigan recibiendo señales que indiquen que la actividad productiva en EE. UU. sigue en su senda de recuperación, y que corroboren que la dinámica en países clave como China y Brasil continúa moderándose, la probabilidad de una recuperación sostenida en la renta fija y en las monedas emergentes será baja”, dice un análisis de Bancolombia.
Analistas indican que si bien este chaparrón es temporal, la recuperación del mercado de renta fija no está a la vuelta de la esquina.
Fernando González Pacheco
Subeditor Economía y Negocios