Miembros del Partido Demócrata y grupos ecologistas se mostraron extrañados ante la decisión de Obama, quien defendió su posición escudado en la posibilidad de que Estados Unidos redujera su dependencia energética. Sin embargo, el hundimiento el pasado 22 de abril de una plataforma petrolera en las aguas del Golfo de México, y cuya mancha negra amenaza a las costas de Luisiana, han cambiado las cartas en ese juego. La industria petrolera, que había recibido con beneplácito el anuncio de Obama, señaló en ese entonces que las perforaciones en las zonas marítimas no tendrían ningún efecto nocivo en el medio ambiente. Incluso, la Casa Blanca informó, el 23 de abril, que el accidente no afectaría la decisión de levantar el veto a la exploración en las costas. Un discurso que ya cambió, debido a que el derrame amenaza con convertirse en el peor desastre ecológico en la historia del país. Es más, la propia administración Obama ha aumentado su protagonismo en el hecho, al enviar a tres funcionarios de alto rango del Departamento de Estado a revisar las operaciones de control junto a la firma petrolera BP. El desastre ha puesto contra la pared a Obama. Algunos de los demócratas que se habían dejado convencer por su propuesta ya han declarado que vuelven a su posición original: no perforar en las costas para cuidar el medio ambiente.ADRVEG
Redacción Portafolio
Una mancha que complica a Obama
Cuando el mes pasado el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció que su Gobierno estaba analizando la posibilidad de levantar la moratoria a las perforaciones petroleras en zonas marítimas, más de uno se declaró sorprendido.
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abril 30 de 2010 - 05:00 a. m.
2010-04-30
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