Al cierre del 2018, el crédito dio mayores muestras de recuperación, reflejadas en un aumento en las originaciones de préstamos y menor morosidad en casi todos los segmentos, según datos de un estudio realizado por TransUnion, central de información financiera.
El documento señala que en el último trimestre del año pasado había 20,4 millones de personas con un producto de crédito (de los sectores financiero y real), de los cuales 12,2 millones corresponden solo al sector financiero.
El producto con más consumidores es la tarjeta de crédito (entre las de franquicia y las de marca privada), seguido por los préstamos de libre inversión y los microcréditos.
Al ver las originaciones, la mayor cantidad de nuevos créditos se dio en el segmento de libre inversión (más de 937.000, con un crecimiento anual de 3,3 por ciento), seguido por las tarjetas de crédito con franquicia (781.764, o 6,6 por ciento más que hace un año); y el microcrédito, con 625.000 nuevos créditos (2,4 por ciento menos).
Pero el de mejor dinámica fue el crédito para vehículos, con un crecimiento de 13 por ciento, así como las libranzas, con 7,5 por ciento.
Además, la investigación señala que ha aumentado la originación de préstamos de bajo monto para personas con mayor nivel de riesgo. “Esto es una buena noticia para esos consumidores que tuvieron dificultades de acceso al crédito, y para la economía en general”, explicó Virginia Olivella, gerente Senior de Investigaciones Económicas de TransUnion Colombia.
Sin embargo, cuando se trata de préstamos de alto monto (por ejemplo los créditos hipotecarios), las entidades se inclinan más por los clientes de mejor calificación de riesgo.
“Para muchos productos de crédito, este fue el segundo trimestre consecutivo de aumentos año contra año en las originaciones, luego de varios trimestres de crecimiento negativo, lo que indica que los otorgantes de crédito han comenzado a expandir su oferta de colocación”, añadió.
Otro de los hallazgos del informe es que aumentó el monto promedio de los créditos en todos los productos. Uno de los casos más representativos fue el de las libranzas, en donde el saldo promedio por consumidor aumentó 10,2 por ciento, a 23,6 millones de pesos.
Olivella explicó que esto tiene que ver con que hay más personas que están recurriendo a las libranzas para pagar la cuota inicial de bienes durables, como viviendas o vehículos.
Por otra parte, el estudio muestra una mejora en los indicadores de morosidad. De hecho, hay una reducción en la proporción de créditos ‘colgados’ (60 días o más, y más de 90 días en el caso de las tarjetas de crédito), especialmente en préstamos de vivienda y de libre inversión.
Aunque las señales son positivas, la directiva insiste en que hay que seguir monitoreando temas claves de la economía, como la evolución de la confianza del consumidor, “que es un motor importante del gasto y la actividad de crédito”; así como el comportamiento de los niveles de desempleo, las tasas de interés y el crecimiento del PIB.