De esa situación no se escapan ni las grandes empresas del país, que han anunciado su intención de salir al mercado de capitales con nuevas emisiones de bonos u otros títulos de deuda, pero que no han concretado sus operaciones pese a estar ya aprobadas por la Superintendencia Financiera para que sean colocadas. Es el caso de compañías de la talla de Empresas Públicas de Medellín, Emgesa, ISA y Comcel, además del Distrito Capital de Bogotá.
Entre las pequeñas y mediadas empresas sigue prevaleciendo la alternativa del crédito bancario pese a que las tasas de interés también encarecen ese sistema de financiación.
Hace un año, los bancos cobraban tasas de interés para los créditos ordinarios de entre 12 y 18 por ciento efectivo anual y ahora ese rango va del 15 al 25 por ciento, dependiendo del cliente. Los préstamos preferenciales, es decir aquellos que se destinan especialmente a las grandes empresas, tienen hoy tasas que van del 13 al 18 por ciento cuando hace un año estaban entre el 10 y el 12 por ciento anual.
En el caso de las emisiones de bonos que usan especialmente las grandes compañías, las colocaciones de hacen básicamente con referencia a la tasa DTF o al Índice de Precios al Consumidor (IPC).
Colocaciones de título a siete años de plazo se han hecho este año con tasas cercana al IPC más 6,2 puntos, es decir, alrededor de 12 por ciento anual.
Papeles en lista Entre las emisiones esperadas de títulos de deuda que están en trámite o que ya fueron aprobadas por la Superfinanciera suman cerca de seis billones de pesos, incluyendo programas que se dividirán en varias colocaciones.
Los últimos meses han sido poco activos en ese tipo de operaciones, pero en abril se trató de romper esa racha.
En febrero, las colocaciones de títulos de deuda en el mercado de capitales ascendió a unos 354.000 millones de pesos para luego bajar en marzo a solo 100.000 millones.
En abril hubo una mayor actividad, con operaciones que sumaron alrededor de 760.000 millones de pesos. En mayo el mercado se ha vuelto a frenar, al punto de que transcurrida la primera mitad del mes no se ha realizado ni una sola colocación de títulos.
En opinión de los analistas, la apatía del mercado obedece a que, si bien es cierto hay apetito entre los inversionistas, los emisores prefieren guardar cautela ante el comportamiento de la inflación y las alzas de las tasas de interés, que encarecen sus operaciones.
Carolina Tovar, analista económica de la corporación financiera Corficolombiana, señala que los emisores están a la expectativa de que la inflación vuelva a bajar, con lo cual "habría mayor espacio para que salgan nuevas emisiones".
Señala que en el mercado secundario comenzó a notarse una recomposición en la demanda de los inversionistas hacia plazos más largos en los vencimientos, luego de que el apetito se venía concentrado casi exclusivamente en títulos del 2008 y el 2009.
"La coyuntura actual no es la mejor y por eso las emisiones de título de deuda que salen al mercado se hacen especialmente con base en tasas variables, es decir atadas a la DTF o al IPC", dice Camilo Pérez, director de análisis económico del Banco de Bogotá.
A la espera de nuevos emisores
El mercado secundario está a la espera de que las operaciones preacordadas vuelvan a tomar impulso tan pronto opere en forma el sistema electrónico de registro de la Bolsa de Valores de Colombia (BVC), y esto solo depende de trámites que debe aprobar la Superintendencia Financiera.
De otra parte, ocho empresas del programa Colombia Capital de la BVC analizan si entran o no al mercado de capitales con emisiones de bonos que harían dependiendo de las condiciones del mercado.