La reactivación de la IV Flota naval, con base en Mayport (Florida) coincide con el proceso de creación del Consejo de Defensa de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), impulsado por Brasil.
Este país, cuyo Senado ha rechazado ya la reactivación de la fuerza naval estadounidense, fue uno de los promotores más activos de la votación presentada ante la undécima sesión del Parlamento del Mercosur.
El Gobierno brasileño ha ligado la decisión de desplegar de nuevo la IV Flota al reciente hallazgo de ingentes reservas de petróleo cerca de sus costas.
Sin embargo, en una declaración conjunta, los diputados del Mercosur (formado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay)subrayaron que la vuelta a aguas sudamericanas de la IV Flota estadounidense es innecesaria e inoportuna, pues la región es pacífica y democrática, y resuelve sus conflictos de forma negociada y con el principio de no intervención.
Esa flota se puso en marcha en 1943, durante la Segunda Guerra Mundial, para blindar las aguas del continente contra eventuales incursiones de navíos y aeronaves alemanas y japonesas, pero fue disuelta cinco años después de terminado ese conflicto armado.