También que una especie de pájaro es capaz de enterrar 10.000 semillas en una gran extensión de terreno y luego encontrar y desenterrar el 80 por ciento cuando llega el invierno y escasea la comida.
Los ejemplos proliferan también entre los seres humanos. Una de las mejores memorias del mundo es atribuida a Bhanddanta Vicittabi Vumsa, (de Rangoon, Burma), quien en 1974 recitó 16.000 páginas de textos canónicos budistas. En la lista también están el chino Gon Yanglin que recitó más de 15.000 números telefónicos, y Dominic O'Brien, ocho veces campeón mundial de memoria, que puede memorizar el orden exacto de 54 paquetes de cartas en 12 horas.
¿Quiénes son estas personas? ¿Genios, seres especiales o, simplemente, individuos que han ejercitado su memoria como cuando se ejercita el cuerpo para mantener una buena salud? "Todos podemos aprender a mejorar nuestra memoria, independientemente de la edad y la mnemotecnia es un camino sensacional", afirma el empresario Álvaro Gómez Monedero, que a los 80 años acaba de terminar el primero de tres niveles en el Centro de Mnemotecnia Ignaciano, fundado en Medellín por el sacerdote e investigador jesuita Óscar Ramírez hace dos décadas.
Han sido también alumnos del padre Ramírez o de los profesores que el sacerdote ha formado en el Centro, la ex ministra de Defensa Marta Lucía Ramírez y su esposo Álvaro Rincón; el presidente de Convergencia Ciudadana, Alberto Gil, la senadora Cecilia Rodríguez, la ex gobernadora Leonor Serrano de Camargo y Gustavo Bell, el ex vicepresidente de la República, entre otras figuras públicas.
"Solo en Bogotá han tomado el curso más de mil personas en los últimos siete años, o sea unas 150 al año, y hasta hoy nadie se ha quejado de que no le sirvió para nada", afirma Elkin Fernando Hernández, profesor y estudiante de psicología, quien acompaña al sacerdote Ramírez en los talleres de mnemotecnia desde hace 13 años.
Un pionero
El padre Ramírez fue pionero en Colombia de la técnica de la mnemotécnica, que no es más "que el manejo científico de la memoria. "Hasta el momento manejamos esa capacidad de una manera silvestre y con bajísimos resultados", explica Añade que la mnemotecnia debe practicarse en la lengua materna de una persona y recuerda que él, personalmente, la aprendió en España hace unos 37 años, cuando empezó a desarrollar todo el procedimiento y donde realizó todos los estudios en el campo. La mnemotecnia debe tener como base unos valores especiales que pueden ser literarios o numéricos.
"En el aprendizaje de los números no tenemos problemas en el mundo occidental, pero en las lenguas orientales sí tenemos muchos fonemas distintos, y como cada número va a pertenecer a un fonema tiene que basarse, forzosamente, en la lengua materna en la que habla la persona. Por eso, la mnemotecnia debe tener siempre una base genética", explica.
¿Y qué es necesario para tener una buena memoria? "Estar, más o menos, tranquilos, serenos relajados. En caso contario, difícilmente la memoria funciona por falta de atención y concentración, que nos son restadas por las preocupaciones. La técnica de la mnemotecnia enseña pequeños trucos para que pueda relajarse y tranquilizarse bajo un estado de angustia, de estrés o de cansancio".
El aprendizaje de la mnemotecnia se logra a través de códigos que ordenan, estructuran la mente y estimulan las áreas tanto de atención como de concentración.
Se basa en el modelo de la asociación mental que involucra todos los sentidos de manera emotiva en el momento de grabar cualquier dato, debido a que se ha demostrado que entre más enlaces se establezcan entre los conceptos aprendidos será más fácil su recordación. También hay que entrenarse en deshacerse de ciertos datos que ya no se necesitan.