Este martes en Armenia, la minga hizo una escala estratégica con el fin de sumar fuerzas, aprovisionarse y definir el resto de la organización en su viaje a la capital, a donde esperan llegar el 24 de noviembre.
Antes de que los indígenas llegaran a Armenia, organizaciones laborales y de comunidades se habían hecho cargo de la logística.
Cuando ingresaron al sur de esta ciudad, la alcaldía había dispuesto un carrotanque con agua, una unidad de urgencias y brigadistas, mientras que las autoridades de la Policía y tránsito coordinaban la seguridad y el ingreso de vehículos.
Entre quienes llegaron estaba Jairo Norciel, gobernador del resguardo de Paila Arriba, de Bugalagrande (Valle). Eran apenas 25, pero su organización resaltaba y cada uno estaba pendiente de hombres, mujeres y niños.
Los del resguardo de Caldono (Cauca) se distinguían por sus pañoletas verdes y rojas, símbolo de su relación con la naturaleza y el honor de sus ancestros.
Otro de los dirigentes manifestó que en Bogotá esperaban concentrar a representantes de buena parte de los 102 pueblos indígenas que suman cerca de millón y medio de personas.
Resaltó que "esto es una minga, pero también un encuentro cultural. Nos quieren extinguir, nos resistimos a desaparecer y este es nuestro canto de vida y de esperanza. Nuestra voz se va a escuchar en todos los rincones".
"Salimos de Cali unos 1.900, pero en cada pueblo que avanzamos sumamos más voces. La próxima parada es en Ibagué, donde se integrarán representantes de Antioquia, Córdoba y Tolima. En Bogotá esperamos concentrar más de 40.000. Ese segundo debate con el Presidente Álvaro Uribe es esperado por diversos pueblos del mundo", dijo Noraldo Chiripua, consejero cultural de la Organización Nacional Indígena de Colombia (Onic).
