El hábito de fumar está atado a una serie de mitos que para muchos tienen validez, pero que a la hora de la verdad resultan ser impedimentos y obstáculos para dejar atrás el cigarrillo. Los expertos despejan las dudas.
- Fumar calma o disminuye el estrés. Falso. Se ha comprobado científicamente que el tabaco aumenta los niveles de estrés que, por lo general, sufre cualquier persona.
- Estimula la concentración. Falso. El cerebro requiere para su buen funcionamiento oxígeno, no gases tóxicos, como los del tabaco.
- Dejar de fumar engorda. Falso. Suele haber aumento de peso cuando el ex fumador reemplaza el hábito de fumar por el consumo excesivo de comida y cierto tipo de alimentos, y eso es precisamente lo que hay que evitar.
- Da confianza. Falso. Eso querría decir que los millones de no fumadores que hay en el mundo son personas inseguras y con problemas de confianza.
- Después de la comida sabe muy rico. Falso. Todos los cigarrillos de una cajetilla son iguales. ¿Cómo puede haber uno diferente?
- Dejar de fumar es imposible. Si uno entiende y asume que nada se sacrifica cuando se deja el cigarrillo y que, por el contrario, uno se está liberando de una pesadilla y de un hábito que solo trae problemas para la salud, descubre lo fácil y beneficioso que puede ser dejar definitivamente este hábito.