Cada vez con más frecuencia se oye hablar de este fenómeno. No obstante, es común encontrar confusiones e inquietudes acerca de la definición precisa del concepto, su aplicabilidad y sus diferencias con respecto a otro tipo de fenómenos (como el de la responsabilidad social empresarial). Para empezar, es conveniente aclarar que los negocios inclusivos son un fenómeno que se empezó a estudiar hace muy poco tiempo. C.K. Prahalad fue pionero en identificar los negocios en la base de la pirámide como una oportunidad para que las empresas generen riqueza y al mismo tiempo mejoren la calidad de vida de personas de muy bajos recursos económicos. Muchos volcaron su atención en grandes empresas multinacionales interesadas en ofrecer productos y servicios a los niveles más pobres de la sociedad, en condiciones adaptadas a las necesidades y posibilidades de estos grupos sociales. Las críticas no se hicieron esperar, pues en la mayoría de los casos esas grandes empresas orientaban sus esfuerzos a atender a esas poblaciones únicamente como consumidores, facilitando el acceso a bienes y servicios a los cuales no podían acceder mediante los canales tradicionales. Como resultado de ello, nuevos esfuerzos se encaminaron a identificar modelos de negocio centrados en la inclusión de personas de bajos ingresos en cadenas productivas, en cualquier instancia de la cadena de valor (productores, proveedores, comercializadores, consumidores), de forma que sus condiciones de vida fueran significativamente mejoradas. Las investigaciones desarrolladas (ver, por ejemplo, Negocios Inclusivos en América Latina de Márquez, Reficco y Berger en Harvard Business Review) permiten establecer al menos cinco criterios distintivos de los modelos de negocios inclusivos: una transformación significativa de las condiciones económicas y sociales de las personas pobres, bien sea incrementando su nivel de ingreso, bajando las barreras de acceso a ciertos mercados o mejorando su capacidad productiva, entre otras; la motivación comercial rentable para combinar beneficios económicos y sociales de manera directa e inmediata, lo cual distingue estos modelos de la filantropía y de concepciones tradicionales de responsabilidad social empresarial; la capacidad de conectar lo local con lo global, permitiendo que las personas de bajos ingresos hagan parte activa de mercados establecidos; la innovación paciente necesaria para experimentar, ajustar permanentemente la propuesta de valor y moderar las expectativas de retorno en el corto plazo; y el aprovechamiento de los recursos locales como liderazgos, redes y prácticas culturales, para construir a partir de las actitudes y formas de comportamiento de las poblaciones de menores ingresos. Convertir a los negocios inclusivos en un vehículo efectivo para la superación de la pobreza plantea desafíos grandes, como cambios institucionales y desarrollo de ecosistemas organizacionales de soporte. El gobierno ha incluido los modelos de negocios inclusivos como una de las estrategias para promover la inversión privada en Colombia. Estudiar estos modelos y propender por su implementación adecuada es una responsabilidad colectiva que puede llegar a ser muy útil para el desarrollo del país. HELGON
Finanzas
30 jul 2010 - 5:00 a. m.
Negocios inclusivos: ¿cuál es la diferencia?
Profesor de la Facultad de Administración de la Universidad de los Andes Los negocios inclusivos han ganado importancia durante los últimos años no sólo como objeto de investigación sino como alternativa de política pública.
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