Las vidas de 30 niños que sufren de cáncer en Bucaramanga están en serio riesgo después de que el Hospital Universitario de Santander (HUS), donde son atendidos, ordenó la suspensión de sus servicios para los usuarios de las EPS Solsalud y Caprecom, que deben 18.500 millones de pesos a la institución.
Nury Esperanza Villalba, directora de la Fundación Esperanza Viva, precisó que a los niños les suspendieron los servicios de hospitalización y quimioterapia ambulatoria y solamente son atendidos en casos de extrema urgencia.
“El atraso en estos protocolos de atención en estos pequeños puede causar graves daños en su tratamiento, ya que pueden presentar recaídas de la enfermedad. El cáncer en Colombia es una prioridad según la ley Sandra Cevallos”, agregó Villalba.
Luz Stella García, madre de una niña de 4 años que presenta un diagnóstico de leucemia aguda, aseguró que su hija debió ser hospitalizada por un doble intensivo de quimioterapia, pero no ha sido atendida.
Las EPS “vetadas” en el HUS están enviando a los niños a un centro oncológico privado que, según las mamás, no reúne las garantías suficientes para las quimioterapias.
El secretario de salud de Santander, Wilson Peña, aclaró que “las EPS están obligadas a atender las personas y es responsabilidad de ellas lo que suceda”.
La suspensión de servicios en el HUS, que afectó a 300.000 usuarios en el oriente del país, podría extenderse en los próximos días a otras EPS que adeudan más de 50.000 millones de pesos.
En este momento el HUS tiene capitalizada cartera por más de 25.000 millones de pesos a través de procesos jurídicos en los juzgados.