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Carlos

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Finanzas

29 abr 2006 - 5:00 a. m.

Una nueva coyuntura para invertir

La gestión profesional de inversiones debe tener miradas de largo plazo, con diversificación adecuada, dirigida y flexible. Anticiparse a los hechos no es una ciencia exacta, pero las tendencias si se pueden apreciar. Aunque las situaciones suelen evolucionar estructuralmente, a veces casi imperceptiblemente, existen puntos de inflexión, momentos en los cuales las grandes tendencias cambian definitivamente de ritmos, direcciones y magnitudes.

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Como inversionistas debemos evitar que los cambios nos tomen por sorpresa. Los períodos largos de expansión y crecimiento traen eventualmente autocomplacencia, hasta el punto de llevarnos a ignorar la aparición recurrente de señales que podrían significar cambios abruptos en tendencias. AÑOS DE EXPANSIÓN La economía mundial lleva ya varios años con un desempeño económico robusto, incluso formidable, por su duración y amplitud. Varios fenómenos generales de largo plazo parecen explicar esto. Por un lado, lo que significó la apertura del este de Europa, Rusia y China, la paz duradera desde la segunda guerra mundial con una reducción en las tensiones generales desde el final de la guerra fría. A esto se ha sumado un creciente consenso global en cuanto a la apertura comercial y la promoción del comercio, las libertades individuales y la protección a la propiedad privada. El control a la inflación que se ejecutó durante los noventa tanto en Estados Unidos como en Europa fue el germen final que, sumado a los muy bajos niveles de tasas de interés que esto hizo posible, promovió el importante crecimiento económico de los últimos años. El boom accionario de los noventa termino con el desinfle de la “burbuja” de las compañías puntocom y otras tecnológicas. Pero en retrospectiva esto fue apenas una breve interrupción en el crecimiento económico y una cierta estabilización en los precios de las acciones. Así, después de un período de escaso crecimiento y algunas caídas, los mercados accionarios tuvieron un buen 2005 y un excelente primer trimestre del 2006. Los precios de las acciones de pequeñas compañìas norteamericanas, medidas por el índice Russell 2000, crecieron 13,9 por ciento. El S&P 500 tuvo una rentabilidad del 4,2 por ciento para el trimestre, casi la misma que había obtenido para todo el 2005 (4,9 por ciento). Los índices europeos igualmente mantuvieron un buen desempeño, después de haber tenido un 2005 con rentabilidades de hasta el 25 por ciento en los casos de Francia y Alemania, y del 17 por ciento en Gran Bretaña. Es intrigante entonces observar los principales mercados accionarios de las economías desarrolladas marchando hacia arriba, a pesar de las cada vez más evidentes nubes negras que pesan sobre éstos. Estos largos períodos de expansión no han sido tan inusuales y por supuesto, dada la inevitable ciclicidad de la economía, siempre han llegado a su fin. Un editorial reciente del semanario de inversión Barron´s alertaba por los paralelos que encontraba entre la situación del segundo shock petrolero, el de principios de los 80, y la situación actual. El primer factor común es el precio del petróleo, que actualmente es de $71 dólares por barril, esta casi igual al valor, en dólares constantes, que alcanzó en ese entonces. En ambos casos el dólar se debilitó crecientemente, no pudo ser fortalecido con altas tasas de interés, y las presiones inflacionarias no amainaron. El resultado en los ochenta, anota Barron´s , fue la caída del 22 por ciento en el valor del índice Dow Jones en el famoso 19 de octubre de 1987. COYUNTURA Hay varios cambios de tendencias que apuntan a una variación en la dirección general de la economía mundial. En primer lugar esta la ya anticipada subida de las tasas de interés en Estados Unidos y en la zona Euro. Hasta ahora, en el caso de Estados Unidos, la predictibilidad ha sido clave en el ajuste, pues los agentes económicos han podido anticiparse pero, al final, eso no evita que estemos en un contexto de tasas de interés completamente diferente al de hace tres años. La tasa de interés de intervención del Fed, al cruzar la barrera del 5 por ciento, lo cual parece inevitable para mantener la inflación bajo control y el dólar no excesivamente débil, entrará en regiones que hace mucho no han sido visitadas. No es fácil anticipar el impacto sobre la demanda por financiación, consumo y, especialmente, finca raíz, cuyos precios han crecido de forma tan significativa por tanto tiempo. La cuestión actual, que es aún más grave que a mediados de los ochenta, es que el déficit comercial norteamericano es voluminoso, en casi el 7 por ciento del PIB, y los inversionistas extranjeros están ya llenos de bonos del Tesoro. En una situación sin precedentes, más del 50 por ciento de las emisiones líquidas de los bonos del tesoro están en manos de extranjeros. EL DÓLAR El precio del dólar frente a las otras monedas no se ha recuperado a pesar de las sucesivas alzas en las tasas de interés. De continuar en esta postración, en gran parte originada en el gigantesco déficit comercial norteamericano, las subidas en las tasas de interés serán insuficientes para controlar una creciente inflación que se disparará fácilmente en un contexto de abundante oferta monetaria. Debido a que la abundancia de líquidez es mundial, la inflación puede extenderse a otros países, tanto emergentes como de la zona Euro, cuyo desempeño económico también se había visto favorecido por la baja inflación. La geopolítica también puede volverse un factor perturbador como lo fue en los años 70, desencadenando el primer impacto petrolero. La tensión con el mundo árabe nunca había sido tan fuerte y ha reemplazado a la Unión Soviética como gran fuente de la tensión. La difícil situación que sostiene Estados Unidos en Irak y la posibilidad de que Irán este enriqueciendo Uranio, junto con las viscerales declaraciones de su presidente, se suman a la agresiva postura del presidente Chávez de Venezuela, para mantener los precios del petróleo altos. HACIA ADELANTE Aunque es un mundo globalizado no quiere decir que “toda da lo mismo”. La inversión alrededor del mundo esta interconectada, pero sus factores determinantes suelen ser locales, los sucesos de las grandes economías tiene un efecto importante, pero la lectura de desarrollos internos, propios a cada región geográfica o a cada sector económico o mercado, encontrará diferencias significativas en los resultados finales. Lo importante es siempre mantener la diversificación y buscar mercados que tengan comportamientos menos dependientes. Las oportunidades provistas por los metales, aún con ya dos años de crecimiento en sus precios, pueden continuar. Como el caso del cobre, la plata y el oro. Japón, que estuvo ausente de la larga expansión reciente, todavía tiene potencial, pues viene de una larguísima recesión y caída en los precios de sus acciones. Algunas economías emergentes, como la India, China y Brasil podrán seguir teniendo buen desempeño, tal vez desmejorado por las misma alzas en los precios de la energía, y la desaceleración de la economía norteamericana. *Génesis es una compañía dedicada a la Asesoría en la Gestión de Portafolios de Inversión para personas naturales e instituciones. Gerente, Génesis Gestión de Fondos* ACCIONES EN EE.UU. 14 por ciento crecieron los precios de las acciones de las pequeñas compañías norteamericanas durante el primer trimestre.

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