Organizado por la Onudi y el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, se realizó un taller con el fin de fortalecer la capacidad productiva de la Región Andina para contribuir a la reducción de la pobreza y al crecimiento sostenible. El foro sirvió principalmente para disipar la visión que se tenía de que no eran necesarias las políticas industriales para la internacionalización y desarrollo de los países de la región, sino que bastaba la apertura de la economía con la celebración de acuerdos comerciales. Todos los países están hoy convencidos de que estas políticas son necesarias y los ministros del ramo presentaron las acciones que están realizando al respecto. Sobresalió de estas presentaciones la que hizo Colombia. Hoy existe un programa serio y coherente que tiene que convertirse en acciones concretas. Prueba de este renovado interés fue la firma del memorando de entendimiento entre el Ministerio y la Onudi para una segunda fase de cooperación técnica orientada al fortalecimiento de las cadenas y clusters industriales en Colombia, cuyos recursos se definirán el año entrante. De todas maneras, esta nueva fase del desarrollo industrial tiende a orientarse a resolver la pregunta sobre cómo pueden lograrse simultáneamente mayores niveles de apertura con una creciente industrialización. Para resolver esta pregunta, me permití presentar en este foro los estudios que ha venido realizando Carlos Ronderos, que muestran cómo los países de la Ocde han orientado sus exportaciones de manufacturas fundamentalmente hacia el comercio intraindustria, que se compone menos de bienes industriales terminados y más de partes de un mismo proceso industrial. Esto es lo que se conoce como la fragmentación de los procesos de producción de las cadenas globales. El hecho evidente es, como lo sostiene Gary Gereffi, que tienen más éxito aquellas firmas que se apoyan en competencias complementarias de otras firmas, que aquellas que se integran verticalmente a la economía mundial de manera desordenada. Estas nuevas ideas hay que vincularlas al acuerdo de asociación que los países andinos estén negociando con la UE. Se trata de un acuerdo que no se limita al comercio, sino que comprende también aspectos políticos y de cooperación. De ahí no solamente se busca la apertura del mercado europeo para los bienes y servicios andinos, sino mayores niveles de cooperación y ésta hay que buscarla en el campo intraindustrial. Aunque los programas de cooperación son bastantes rígidos porque se definen para períodos de siete años, y el actual programa ya está definido hasta el 2013, es necesario que en el acuerdo se obtengan recursos de cooperación para identificar sectores industriales que permitan un mayor encadenamiento, superar las limitaciones logísticas que lo impiden, lograr una mayor utilización de las tecnologías de la información y las comunicaciones vinculadas a los sectores productivos y para innovación. La simple apertura del mercado no es suficiente y eso queda demostrado con el limitado uso que los países andinos han hecho de las preferencias otorgadas en el SGP - Drogas . Manuel José Cárdenas Consultor Internacional Hoy existe un programa serio y coherente que tiene que convertirse en acciones concretas.
Finanzas
06 nov 2007 - 5:00 a. m.
Nueva política industrial
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