Hay entidades sólidas y otras que no se pueden quebrar. Aunque a primera vista ambas afirmaciones parecen decir lo mismo, el ejemplo de Citigroup demuestra que no es así. Y es que por cuenta de la crisis financiera, la que es considerada la institución emblemática del sistema bancario estadounidense, tuvo que acudir de emergencia a tocar las puertas gubernamentales durante el fin de semana, para recibir un paquete de ayuda y continuar, literalmente, con vida.
De lo contrario, el vendaval habría sido de tal magnitud que los episodios de septiembre pasado, cuando la alerta llegó a su máximo nivel, habrían parecido un juego de niños. Ahora, con una inyección de 20.000 millones de dólares y un esquema para garantizar activos malos por 306.000 millones, el objetivo es convencer al público de que el Citi sigue adelante. El primer día la estrategia funcionó, pues las acciones del grupo subieron 66 por ciento.