Por lo menos así quedó consignado en una carta que le envió el ministro de Minas y Energía, Hernán Martínez Torres, al alcalde de la capital antioqueña, Alonso Salazar Jaramillo, quien ya había anunciado a los paisas que el sistema de transporte masivo Metroplús había decidido emplear como combustible el gas vehicular luego de una serie de estudios preparados por Empresas Públicas de Medellín.
Sin embargo, el ministro Martínez le bajó el entusiasmo al burgomaestre antioqueño. "Es preciso reiterarle que a partir del 2013 se prevén restricciones en la oferta de gas natural para atender la demanda nacional de este energético", indicó la misiva enviada por el jefe de la cartera de Minas y Energía.
Martínez agregó que asumir compromisos de gas en firme a largo plazo como los requeridos para este proyecto de transporte tiene cierto grado de incertidumbre.
El uso del gas vehicular se seleccionó debido a que es una alternativa más económica que la de los combustibles líquidos y más amigable con el medio ambiente.
Cálculos de la industria señalan que si todos los sistemas de transporte masivo del país que están por adjudicar usaran gas vehicular, consumirían alrededor de 3 millones de pies cúbicos diarios, apenas 10 por ciento de la demanda total.
Ecopetrol dice que sí habrá gas
La opinión del ministro es contraria a la de Ecopetrol. Según una carta del vicepresidente de Suministro y Mercadeo, Camilo Marulanda, al alcalde de Medellín, la petrolera incrementará la capacidad de producción en el futuro próximo por varios proyectos como Gibraltar con 30 millones de pies cúbicos, Cusiana LTO2 en el 2009 con 70 millones de pies cúbicos y la planta de gas de Cupiagua con 140 millones de pies cúbicos a partir de marzo del 2011.
Salazar había dicho que prefería los buses a gas porque la otra alternativa sugerida -la eléctrica- era demasiado costosa, lo que excluiría a muchos transportadores de la ciudad interesados en operar el Metroplús. Además en Medellín no son partidarios del diesel debido a los costos futuros de este combustible, además de la contaminación que genera.
Martínez insistió en que en caso de presentarse una situación de escasez, la regulación vigente privilegia a los consumidores residenciales, lo que tendría graves consecuencias para un sistema de transporte masivo de esta naturaleza.
Tan solo el año pasado en varias oportunidades los conductores de gas vehicular, que ya suman más de 230.000 en el país, ha sufrido en carne propia situaciones de desabastecimiento del combustible el cual se produce especialmente en La Guajira y en los campos de Casanare.