Las ondas del celular podrían proteger del mal de Alzheimer e incluso revertir su curso, según un estudio realizado con ratones por científicos de la Universidad del Sur de Florida.
Este trabajo, que ofrece una nueva esperanza a los pacientes de Alzheimer, se suma a otros dos informes que destacan respectivamente el desarrollo de fármacos contra enzimas específicas para su tratamiento y el diseño de un escáner cerebral para detectar la enfermedad en gente joven y saludable.
El Alzheimer es una enfermedad neurológica que no tiene cura, afecta a millones de personas en todo el mundo y se caracteriza por la pérdida progresiva de la memoria y provoca la demencia y la muerte del paciente.
Según científicos de la Universidad de la Florida, los millones de personas aficionadas al celular tienen una nueva excusa para seguir utilizándolo.
"Nos sorprendió descubrir que la exposición al celular protegió la memoria de ratones que de otra forma habrían estado condenados al Alzheimer", indicó Gary Arendash, profesor del centro de investigaciones.
"Pero lo más asombroso fue constatar que las ondas electromagnéticas de los teléfonos celulares revertían el desequilibrio en la memoria de los ratones", añadió.
Así mismo, los científicos explicaron que en los roedores las ondas eliminaban y prevenían la formación de las capas de proteína beta amiloide características de la enfermedad.
Para el experimento los ratones fueron encerrados durante nueve meses en una jaula donde fueron expuestos a ondas similares a las de un teléfono celular. Los roedores, inducidos genéticamente para desarrollar la enfermedad, se mantuvieron saludables. Su memoria no se vio afectada y tampoco mostraron signos de demencia.
En los ratones más viejos que tenían problemas de memoria, éstos desaparecieron, lo que sugiere que podría lograrse un efecto similar en seres humanos.
El estudio muestra que las ondas electromagnéticas generadas por los teléfonos efectivamente hicieron desaparecer los depósitos de la proteína péptida betaamiloide. Esas acumulaciones son consideradas como factor desencadenante de la neurodegeneración y la demencia en el mal de Alzheimer.