Tras una reunión de 27 agencias de la ONU e instituciones como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) la semana anterior en Suiza, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, anunció la creación de una nueva unidad de emergencia para enfrentar la crisis, que comenzaría a funcionar en junio.
Ban dijo que la inmediata prioridad de la comunidad internacional debe ser "alimentar a los hambrientos", y urgió a los países a financiar "de manera urgente y cabal" el Programa Mundial de Alimentos (PAM), que necesita 755 millones de dólares adicionales para hacer frente al aumento del precio de la comida.
Para mostrar la proporción del problema, el PAM advirtió que la subida del precio del arroz le ha obligado a dejar de proveer el desayuno a 450.000 niños pobres en las escuelas de Camboya, entre otras cosas.