Por ese hecho, podría ampliar perfectamente su presencia en el mercado alimentario mediante un aumento de las exportaciones.
Insulza señaló que para ello los gobiernos latinoamericanos deberían, además de subsidiar alimentos para los pobres, poner recursos para ampliar las áreas dedicadas a la producción.
En este tema insistirá el secretario general de la OEA en su discurso de inauguración de la 38 Asamblea General del organismo, que se celebrará del 1 al 3 de junio en Medellín.
El máximo responsable de la OEA recordó que, según analistas, más de 30 países del mundo sufrirán las consecuencias de la crisis alimentaria en su estabilidad política.
Así ocurrió en abril en Haití, donde se registraron graves disturbios debido a la carestía de los alimentos. Las protestas desataron una crisis política en el país caribeño y costaron el puesto al primer ministro Jacques Edouard Alexis.
El titular de la OEA expresó su temor de que cada organización esté saliendo de nuevo con su propio plan para abordar la crisis alimentaria, e instó a los organismos internacionales a que concentren la ayuda y lo repartan a través de pocas instituciones.
A su juicio, la ayuda humanitaria se puede canalizar por medio de alguna institución que se dedique a repartir.