Esta vez no hubo cánticos ni gritos de bienvenida, como en otras oportunidades. El silencio reinaba en la finca del equipo: todos contemplaban los movimientos del ex arquero de la Selección Colombia, quien se mostró tranquilo, a pesar de ser el centro de atención de la práctica de Millonarios.
Óscar tomó agua, se inclinó y respiró profundo. Se notó cansado, a pesar del poco esfuerzo hecho. Mientras se reponía, comenzaron a llegar viejos conocidos y lo que empezó como su primera práctica en Bogotá se convirtió en un momento para el reencuentro: un estrechón de manos con Eduardo Niño, un abrazo con Cerveleón Cuesta y un saludo a uno que otro técnico de las divisiones menores, viejos conocidos de su época en Millonarios de principios de los años 90. "Son los pocos que quedan desde mi primera época en Millos y me da gusto volverlos a ver", manifestó.
Cuando todos esperaban ver al portero volando de palo a palo y evitando los remates de sus compañeros, o escuchar sus primeros gritos de liderazgo, Óscar se recostó en un arco y dio por terminada su práctica. "Vengo sin competencia, hace 15 días no toco un balón, en Cali solo troté, así que esperó estar listo para la segunda fecha", aclaró.
Pero Óscar aún esperaba por un visitante más: sostuvo una conversación de casi 40 minutos con Luis Augusto García, uno de los máximos accionistas del club, quien fue su técnico en la Selección Colombia. "Llego a aportar mi experiencia, mis títulos y tengo deseos de triunfar en Millonarios", dijo.
Pablo Romero
Redacción de Deportes