Bogotá sigue siendo la ciudad del país con las mayores oportunidades para que la población pobre ascienda escaños en la escala social.
Así lo revela el estudio del Banco de la República titulado ‘Aspectos regionales de la movilidad social y la igualdad de oportunidades en Colombia’, cuyos autores son Adolfo Meisel y Luis Armando Galvis.
Según este, a pesar de que a nivel nacional la movilidad social ha permitido un crecimiento de la clase media del 15 al 28 por ciento entre el 2002 y el 2011, el panorama en la periferia no es tan dinámico.
Meisel y Galvis concluyen que en las regiones donde impera la pobreza y la desigualdad hay menor oportunidad de que la población avance hacia una mejor forma de vida.
La capital de la República resultó ser la urbe donde se presenta una mayor migración hacia un mejor estrato socioeconómico, lo que no fue sorpresivo, pues allí las personas encuentran oportunidades de educación y empleo para mejorar sus ingresos. Lo que sí fue inesperado, según los autores, es que San Andrés se ubicara en primer lugar en el índice de movilidad intergeneracional, con 0,74, incluso por encima de Bogotá (0,62).
“San Andrés es un punto atípico en este sentido, pues a pesar de pertenecer a una región bastante rezagada, como el Caribe, tuvo altos índices de movilidad social”, dice el estudio. En el extremo opuesto está el Pacífico, donde persiste la pobreza.
El documento destaca que mujeres y grupos étnicos poseen menos acceso a oportunidades para tener una mejor vida.
El aspecto educativo es uno de los elegidos por los investigadores para señalar las disparidades entre los progresos nacionales y los regionales. Así, un estudiante que proviene de una familia aventajada tiene una probabilidad de 95 por ciento de terminar su primaria, mientras que en una familia de escasos recursos desciende al 15 por ciento. “La pobreza exacerba las condiciones de desigualdad, en tanto que las características socioeconómicas de los hogares pueden ser un determinante fundamental del probable éxito de las generaciones que apenas están empezando su trasegar por la vida”, indica el estudio.
En ciudades grandes, como Bogotá, Cartagena y Cali, más personas logran una movilidad educativa, es decir, que cumplen sus metas profesionales, lo que los lleva a mejorar o mantener un mediano o alto estatus socioeconómico.