Después de las últimas declaraciones del Gobierno francés frente a Irán; de la posición británica; de las sanciones adoptadas por la ONU;de las medidas de los E.U., en especial la decisión reciente del Senado, con amplia participación de los demócratas, incluida Hillary Clinton, de incluir a la Guardia Revolucionaria dentro de la lista de terroristas; de la presión de Turquía y Alemania y el temor de los países árabes con mayoría sunita; la posibilidad de una acción armada es cada vez mayor. A esto se suma la respuesta agresiva de Ahmadinejad en defensa de su programa atómico y de ataque a Israel, los E.U. y Occidente. Militarmente hay gran preocupación de los Mullahs, pues las acciones extremistas de este desequilibrado grupo abren la posibilidad de la destrucción de su país. Preocupación que se vio reforzada por un hecho más o menos desa-percibido: el ataque de Israel el pasado 6 de septiembre a un sitio en el corazón de Siria, en Dairas az-Zawr, donde habría combustible nuclear traído de Corea del Norte. Este ataque se llevó a cabo sin que las defensas antiaéreas actuaran a pesar de que Siria cuenta con la red más avanzada del mundo: 200 baterías compradas a los rusos. Al parecer los israelíes lograron neutralizarla, lo cual tiene al borde de un ataque de nervios a los iraníes que han invertido más de un billón de dólares en sistemas de protección similares. La carrera es contra el tiempo, pues Irán prosigue a toda marcha con su plan de enriquecimiento de uranio. De otra parte, al igual que su compadre Hugo Chávez, la enorme riqueza que le proporciona el petróleo no mejora la vida de los iraníes. En Irán, el 80 por ciento de las exportaciones son petróleo y el 50 por ciento del empleo lo genera este sector. A pesar del control de las estadísticas y de la información, donde ya se ha prohibido el Internet, los analistas señalan que la inflación está por encima del 20 por ciento, igual que el desempleo. El gerente del Banco Central fue despedido por negarse a reducir las tasas de interés por debajo de la inflación. La corrupción es rampante y los grandes contratos se entregan a dedo a los amigos del régimen. La financiación del terrorismo drena los recursos petroleros. Para ello, se usan los bancos oficiales como el Saderat o el Sepah, los cuales están en la lista negra del mercado financiero internacional. La Oecd acaba de aumentar la calificación de riesgo de Irán con la posibilidad de que no cumpla con el pago de la deuda externa, colocándolo en segundo lugar al nivel de Gabón o Swazilandia. Muy parecido a Venezuela. Mientras tanto, Rusia y China se benefician de los enormes contratos de armas y energía y utilizan su derecho al veto para impedir que las sanciones de la ONU se amplíen. Después del 11 de septiembre, Irán firmó con los rusos un convenio por 7 billones de dólares y 1 billón para la planta atómica de Bushehr. El 80 por ciento de las armas de Irán y Siria son rusas y para el sistema de defensa antiaéreo les pagaron 700 millones. O se actúa militarmente o se espera a que el régimen implosione con el riesgo de que tengan la bomba primero. Difícil decisión para toda la humanidad. Alberto Schlesinger Vélez Consultor privado La carrera es contra el tiempo, pues Irán prosigue a toda marcha con su plan de enriquecimiento de uranio.
Finanzas
25 oct 2007 - 5:00 a. m.
Un peligro real y presente
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