En los últimos dos días el precio del oro en el mercado de los Estados Unidos ha perdido 28 dólares y en la jornada del lunes alcanzó a tocar un piso que no se veía desde febrero del 2010: 1.080 dólares por onza.
La descolgada de la cotización quizá no trasnoche mucho a algunas empresas, que pueden producir perfectamente con costos entre 600 y 700 dólares por onza.
Pero en particular las empresas pequeñas, y las que tienen altos costos operativos y menor calidad en el mineral que extraen, tienen una alta sensibilidad frente a cada dólar que cae la cotización del metal precioso en el mercado.
El director del centro de pensamiento del sector minero-energético de la Andi, Eduardo Chaparro, explica que a todas las mineras (grandes, medianas y chicas) las afecta una caída de los precios como la vista en el mercado, en el sentido en que les reduce el margen de ganancias.
“A los proyectos que están en producción sin duda les afectará en la tasa de retorno, algunos de los que van a entrar en la etapa de construcción podrían tener que rediseñarlos para que sean viables con este nuevo entorno”, explicó.
Y es que aunque predecir el precio del oro es sumamente riesgoso, expertos del mercado coinciden en que lo peor no ha pasado aún. Incluso, el líder global en minería de la firma consultora Deloitte, Phil Hopwood, explicó a Portafolio que un precio de 1.000 dólares por onza es posible.
“La posibilidad de que Grecia salga de la Unión Europea está en retroceso y las personas creen que pueden invertir mejor su dinero en mejores opciones como las monedas”, señaló.
Lo que pasa es que el oro es un mineral de refugio, lo que quiere decir que cuando la economía está mal hay mayor demanda. Si Estados Unidos sube sus tasas de interés, el dólar gana más atractivo para los inversionistas que buscan rentabilidad.
El presidente ejecutivo de Continental Gold, León Teicher, explica que además de las empresas que están en producción, con esta caída en los precios se ven afectadas esas mineras, en fase de exploración, que están en el mercado buscando capital para construir sus minas.
“En el negocio de la minería los ciclos son largos y uno sabe que todo lo que baja, sube y viceversa. En este momento la noticia es la bajada y lo importante es que a uno no lo agarre mal parado una situación de esas”, señaló.
El problema mayor, según el presidente de la Asociación Colombiana de Ingenieros de Minas, Jorge Jaramillo, lo enfrentarán las empresas pequeñas. De acuerdo al experto, en el país la gran minería tiene capacidad de producir entre 500 y 700 dólares por onza; la mediana, entre 700 y 900 dólares por onza y la pequeña desde 900 a 1.150 dólares por onza.
“Estos son los que están ya en el límite”, señaló, “ante la caída de los precios empiezan a castigar factores de seguridad y ambientales para mantenerse, aunque hay que considerar también que han sido ayudados por la devaluación”,
Y es que si bien el precio del oro ha caído 6,8 por ciento en lo corrido del año; el peso ha ganado 15,58 por ciento de valor frente al dólar en el mismo lapso.
Para Santiago Ángel Urdinola, presidente de la Asociación Colombiana de Minería, ACM, en definitiva una caída sostenida de los precios del oro obligará a las empresas a modificar sus planes de negocios, lo que no quiere decir que los proyectos no sean rentables.
“Depende mucho de cada caso, de los tenores del mineral”, explica. Sin embargo, añade que es innegable que el entorno de competitividad del sector en este momento no es el mejor para enfrentar una mayor volatilidad en los precios.
“En Colombia los costos de la industria minera son muy altos, y justo venimos de una reforma tributaria que los aumentó aún más. Los Pines (Proyectos de Interés Nacional Estratégico) mineros son en su mayoría de oro, por eso, hoy más que nunca, como no somos capaces de controlar el precio hay que mirar cómo se mejoran los costos para producir”, señaló.
Teicher insiste en este punto de los costos y la competitividad del sector porque, para él, el menor de los problemas de la industria es el precio internacional: “Las demoras con las licencias, la incertidumbre jurídica, la falta de coordinación entre las entidades regionales y nacionales, toda esta serie de problemas hace que los proyectos se demoren, y mientras tanto la minería ilegal está floreciendo. La discusión en Colombia no debe ser sobre el precio del oro, sino por qué es tan difícil hacer una mina en el país”.
FUSIONES EN JUEGO
Además de la fortaleza del dólar, la desaceleración del crecimiento chino fue otro de los factores que afectó el precio de la onza de oro en el mercado global.
De acuerdo con un informe de la agencia Reuters, el desplome del precio del oro, podría debilitar la oleada de fusiones y adquisiciones que se ha visto en el sector en lo que va del año y que entre el año pasado y lo transcurrido de este suma unos 7.600 millones de dólares.
La razón, no hay claridad sobre cómo valorar a las empresas del sector.
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