Luego de alcanzar 123,80 dólares, el barril de West Texas Intermediate (WTI, denominación que identifica al 'light sweet crude' negociado en EE.UU.), para entrega en junio terminó en 123,19 dólares, un récord de cierre, en el New York Merchantile Exchange (Nymex), ganando 1,69 dólar en relación con el martes.
En las operaciones electrónicas posteriores al cierre logró un nuevo máximo, en 123,90 dólares.
En Londres, el barril de Brent del mar del Norte, más pesado y sulfurado -y en consecuencia más barato- avanzó por su parte hacia la barra de 123 dólares.
El contrato para entrega en junio alcanzó un techo histórico de 122,70 dólares, bajando a 122,32 dólares al cierre, un incremento de 2,01 dólares en relación a la víspera.
Este nuevo incremento de los precios del crudo se produce cuando las reservas petroleras se reconstituyen marcadamente en Estados Unidos, al aproximarse la temporada estival de largos viajes en automóvil ("driving season").
Los stocks de crudo estadounidenses subieron 5,7 millones de barriles la semana pasada, contra un aumento previsto de 1,63 millones, mientras que las reservas de gasolina aumentaron en 800.000 barriles, contra 100.000 barriles esperados por los analistas.
Pero los temores se centran en el aprovisionamiento, subrayan los expertos.
"Todavía tenemos problemas en Nigeria, Irán desafía al mundo con su programa de enriquecimiento nuclear, y la demanda se mantiene fuerte en India y China", explicó Robert Montefusco, corredor de Sucden.
Esta incertidumbre atrae a los fondos especulativos a los mercados petroleros, ya que el crudo se ha convertido en una inversión en sí misma, que garantiza cierta rentabilidad, subrayan analistas.
"En los últimos días se pudo observar un aumento de las posiciones especulativas", señaló Montefusco.
Por otra parte, nuevas señales denotan una resistencia de la economía estadounidense, principalmente la aceleración del incremento de productividad en el primer trimestre, convenció a los inversores de que la demanda energética no caerá en Estados Unidos, pese a la desaceleración del crecimiento.
Ante esta disparada de los precios, la mayoría de los analistas revisó al alza sus previsiones de precios para 2008, estimando ahora que la cotización del barril de crudo se situará entre 150 y 200 dólares.
El banco de inversiones Goldman Sachs, muy respetado por los mercados, publicó una nota el lunes indicando que el barril podría alcanzar 200 dólares en los próximos dos años.