EL MARTES de la semana pasada, y cuando va apenas por el primero de sus cuatro años como presidenta de Chile, Michelle Bachelet se vio obligada a dar un drástico golpe de timón para destituir a cuatro ministros. El detonante de la crisis fueron las fallas del sistema de transporte de Santiago, la capital. Pese a la decisión, la popularidad de Bachelet va en declive. Algunos analistas consideran que la remodelación del gabinete no fue suficiente para mejorar las cosas.
Era tarde el lunes cuando el país entero conoció la determinación de la Presidenta. El encargado fue el portavoz de La Moneda, Ricardo Lagos Weber, que compareció luego de una reunión de tres largas horas entre Bachelet y su gente. Lagos dejó en claro el reemplazo del ministro de Trasportes, Sergio Espejo, por las fallas en Transantiago. Este es el nuevo sistema de trasporte público de la ciudad. Pretendía beneficiar a seis millones de personas y la idea era mejorar el programa antiguo, que era un despelote: casi todos los buses pasaban por el centro y no tenían conexiones con las paradas del metro.
Pero Transantiago no ha funcionado -los de los barrios menos favorecidos se han quejado más- y Bachelet se dio cuenta de ello. Tras la destitución de Espejo, la Presidenta explicó su decisión. "Aquí las cosas no se han hecho bien. No es explicable que un sistema de transporte hecho para integrar mejor la ciudad esté siendo fuente de dificultades y de discriminación. Eso no lo voy a tolerar", señaló. "Los habitantes de Santiago y los más pobres en particular se merecen la disculpa de todos nosotros".
En ese sentido, el Gobierno dijo que el nuevo ministro de Transporte será René Cortázar, un político de vieja data que siempre ha formado parte de la Concertación, grupo de partidos de izquierda que controla los destinos de Chile desde hace 17 años, cuando el presidente Patricio Aylwin llegó al poder después de la dictadura de Augusto Pinochet.
Pero el de Espejo por Cortázar no fue el único cambio de Bachelet. La Presidenta también retiró a la ministra de Defensa, Vivianne Blanlot, para sustituirla con José Goñi, que venía trabajando como embajador en México, y nombró a Carlos Maldonado en reemplazo del hasta ahora ministro de Justicia, Isidro Solís. Otro cargo que designó fue el de la Secretaría General, que tiene rango de ministerio. El favorecido fue el senador José Antonio Viera-Gallo, que se sentará en el despacho ocupado por Paulina Veloso. Por si fuera poco, Bachelet creó dos ministerios: el de Medio Ambiente y el de Energía. En ellos nombró a Ana Lya Urrialte y a Marcelo Ramos.
En la ceremonia de posesión de los nuevos jefes de cartera, la Presidenta se mostró confiada en los cambios. "Estamos hoy día recibiendo a un nuevo grupo de ministros, en una nueva etapa del gobierno. Hacer realidad una aspiración de nuestro pueblo, cual es que el progreso llegue directamente cada vez con mayor calidad de vida, con mayor justicia y con mayor dignidad a las personas", subrayó.
Todo eso suena muy bonito, pero lo cierto es que a Michelle Bachelet se le está empezando a enredar la pita. Las encuestas lo demuestran. Desde que asumió el 11 de marzo del año pasado, su respaldo ha disminuido del 65% al 47%. La cifra es preocupante, sobre todo si se tiene en cuenta que le restan tres cuartas partes de su periodo en Palacio y que Chile es uno de los países con mejores índices económicos de América, aunque bien es verdad que tiene la más grande diferencia entre ricos y pobres.
¿Qué ha pasado con Michelle Bachelet? ¿Por qué se ha venido abajo en los sondeos? La presidenta chilena ha tenido que lidiar con varios problemas, pero sobre todo con el descontento de la juventud en asuntos como el transporte y la educación. Hace un año cerca de 800.000 jóvenes protestaron en la calle por los costos de autobús y de matrículas. La concentración se conoció como la Marcha de los Pingüinos. Transantiago pretendía, precisamente, responder en parte a las demandas estudiantiles, pero los líos de la semana pasada hicieron prender el fuego de nuevo el jueves 29, cuando miles de jóvenes, en celebración del Día del Joven Combatiente, se volcaron a las calles de la capital a protestar por los mismos asuntos que en 2006. El día terminó con un saldo de al menos 150 detenidos, la mayoría menores de edad.
Otro problema ha sido el de la corrupción, que emergió desde octubre del año pasado cuando denuncias de prensa pusieron en evidencia que la inmensa mayoría de los planes de Chiledeportes (el Coldeportes chileno) estaban salpicados por irregularidades. Algunos no llegaron siquiera a hacerse realidad.
Los analistas se preguntan si las modificaciones ministeriales serán suficientes para apaciguar las aguas. El reconocido Paco Navia, consultado por la prensa internacional, no lo cree. "Debió haber hecho más cambios", dijo. "Al reconocer sus errores, ella gana tiempo y dispara un último cartucho. Pero si no logra arreglar los líos, no tendrá salvación". Ahí está la clave.
EN PICADA
La reducción en los índices de la popularidad de Michelle Bachelet es indudable. Una encuesta elaborada por el prestigioso diario santiaguino El Mercurio reflejó que el apoyo a la Presidenta a finales de marzo era del 42,8%, mientras que a principios de mes estaba en el 47,5%.
En el sondeo de otro matutino, La Tercera, el respaldo a Bachelet a finales de mes cayó al 45%, cuando estaba en el 51%. De acuerdo con las personas consultadas, la gran falla de la presidenta ha sido "la falta de autoridad".