En los últimos cinco años se ha incrementado en un 13 % el porcentaje de colombianos que conocen los seguros de vida y los utilizan como instrumentos de ahorro y protección financiera del hogar.
Así lo ratifica la Encuesta de Demanda de Seguros de Vida en Colombia, realizada por Fasecolda, cuyo objetivo fue comprender aquello que motiva a los hogares a proteger su patrimonio ante el fallecimiento del jefe de hogar, la presencia de una enfermedad grave o un suceso imprevisto que origine la incapacidad total y permanente de éste.
La encuesta, contratada con el Centro Nacional de Consultoría, fue aplicada a 1.900 personas en Bogotá, Cali, Medellín y Barranquilla, a 1.3 millones de hogares en estratos 3, 4, 5 y 6.
Los resultados obtenidos permiten analizar todas las etapas de adquisición de seguros de vida: desde las motivaciones de la decisión de compra o cancelación del seguro de vida, hasta las características de duración, valor asegurado y evaluación del servicio recibido por el consumidor durante y después de la compra. Además, por primera vez para el mercado colombiano, se logró una estimación del número de pólizas de seguro de vida adquiridas en el exterior.
La encuesta demuestra que la correlación entre el ingreso disponible y la compra de seguros es significativa. Aquellos con mayor ingreso per cápita tienen asociados mayores indicadores de penetración de seguros de vida.
La demanda de seguros de vida depende, además, de la expectativa que tienen los asegurados de poder satisfacer las necesidades materiales que pueden llegar a tener los beneficiarios en caso de faltar, del número de personas que dependen del jefe del hogar, el precio del seguro, el nivel educativo, la estabilidad del entorno económico, el acceso a servicios financieros y la tasa de ahorro.
El informe también señala que el 33 % de los hogares urbanos colombianos, si bien no son pobres, caerían en la pobreza ante la ocurrencia de un evento adverso que afecte su ingreso. Esto es soportado por algunas cifras del Dane que evidencian que del total de hogares en que el jefe falleció, en 29 % de ellos debieron reducir los gastos y en 16 % de estos hogares se endeudaron o gastaron ahorros para hacer frente a la pérdida de ingresos asociada a este evento. Esto resulta irónico si se tiene en cuenta que por cada persona que compra un seguro de vida, hay 3.5 personas que compran juegos de azar.
La encuesta también evidenció que los colombianos no compran seguros de vida por que no alcanzan los ingresos (46 %), no los necesitan (49 %), no los entienden (46 %), tienen otros mecanismos para proteger el patrimonio familiar (53 %) y no confían en las compañías de seguros (51%).
Las personas tienden a tomar sus decisiones financieras con base en su estado actual o más cercano y no considerando horizontes largos de tiempo, lo cual desde la teoría económica no es racional, pero es un patrón de comportamiento que determina la toma de decisiones financieras, incluyendo la compra de seguros de vida. Esto se refleja en el 72 % de las personas encuestadas que prefiere obtener 1 millón de pesos inmediatamente, aún si esto implica renunciar a obtener 5 millones dentro de cinco años, mientras casi la mitad de los asegurados expresa su desacuerdo con la afirmación “vivo más para el presente que para el futuro”.
La encuesta también concluyó que el 68% de las personas que poseen activos de capitalización como inmuebles o bonos, poseen un seguro de vida. El 42 % de las personas encuestadas lo consideran un lujo, pero el 33 % de estos no conocen cuánto cuesta uno. En esta misma línea, el 65 % de las personas estarían dispuestas a comprar un seguro de vida, pero no quisieran pagar nada por él.
Se comprobó que las personas que poseen un seguro de vida planean a futuro su bienestar. De aquellos que poseen mecanismos de ahorro a futuro, como pensiones voluntarias o CDT´s, el 30% están aseguradas, mientras que solo un 18% no lo está.
Quienes se encuentran asegurados valoran de manera importante el seguro. Más del 92% lo consideran importante o muy importante, y más del 67% están dispuestos a renovarlo. El 80% de los asegurados estaría dispuesto a renovar su seguro de vida si éste tuviera un componente de ahorro.
Por otra parte, las razones más frecuentes por la que los consumidores cancelan su seguro son porque: deben priorizar gastos (71 %), prefieren poner el dinero en alguna inversión o ahorrarlo (63 %) y no desean pagar el seguro por mucho tiempo para obtener algún beneficio (57 %).