Los investigadores indujeron las plantas a producir anticuerpos de la clase que se encuentra en tumores de pacientes individuales infectando sus hojas con un virus vinculado con un gen del cáncer.
Cada año, a alrededor de 16.000 personas se les diagnostica este mal, llamado linfoma folicular de células B. Los médicos inicialmente estudian a los pacientes para ver si su cáncer empeora, en vez de tratarlos con quimioterapia tóxica.
Las vacunas basadas en plantas pueden ofrecer terapias más seguras que pueden usarse más pronto, dijo Ronald Levy, jefe de oncología de Stanford.
"Esta es una vacuna hecha a medida para cada persona, porque cada tumor es diferente", dijo Levy. "Necesitamos un producto diferente para cada persona y lo necesitamos pronto, esta es una tecnología muy buena. La ironía es que este es un tratamiento para el cáncer que estamos elaborando a partir del tabaco", agregó.
El estudio, en 16 pacientes recientemente diagnosticados, fue demasiado pequeño como para determinar si la vacuna ayuda, dijo Levy. "Sí mostró que la modalidad es segura y generó el sistema inmunológico buscado. Se precisa un segundo estudio para confirmar los beneficios", agregó.
Los investigadores arañan hojas de tabaco con el virus en el que se han enlazado genes para infectar la planta, que posteriormente produce los anticuerpos de proteínas también vistos en el tumor del paciente. Días después, se arrancan las hojas y se las muele hasta convertirlas en una pulpa verde, de la cual se extraen y purifican los anticuerpos, que se inyectan en el paciente.