El plinto vacío es una especie de pedestal que quedó sin su correspondiente estatua ecuestre de bronce en esa plaza y que en los últimos años ha servido para que distintos artistas ubiquen ahí una escultura de su propia creación.
El ganador del último concurso fue el escultor británico Anthony Gormley, quien propuso que en lugar de una escultura en el sentido tradicional, ese plinto lo ocuparan ciudadanos en pie, en turnos de una hora cada uno.
Un total de 2.400 personas elegidas al azar se subirán a lo largo de 100 días al pedestal, sobre el que podrán hacer durante esa hora de efímera fama lo que deseen, siempre y cuando no sea algo prohibido por la ley.
Entre las que se subieron el día inaugural al ascensor hidráulico instalado junto al plinto está Rachel Wardell, un ama de casa de 35 años, que tiene dos hijos y dice querer representar a las mamás, que no aparecen normalmente en obras de arte importantes.
"Quiero enseñarles a mis hijos que uno puede hacer y ser parte de algo, por normal y corriente que se considere", declaró Wardell.
Otros personajes
Un hombre se disfrazó de pez para alertar de los peligros de la sobrepesca y otro apareció como un oso panda. Varias personas han anunciado que se exhibirán en el plinto desnudos.