La expresión popular “quién pidió pollo”, que hasta hace un tiempo era utilizada para hacer un reclamo figurado cuando alguien consideraba que la cuenta de un restaurante era muy alta, está prácticamente extinguida del vocabulario de los colombianos.
El consumo de este producto se ha convertido tan común, que en los últimos cinco años superó el de carne de res.
Por consiguiente, también está en vía de desaparecer la expresión “más larga que una semana sin carne”.
Según las cifras del Dane, hace 15 años, el consumo de pollo de los colombianos era de apenas 7 kilos por persona al año, mientras que en el 2007 ascendió a 19 kilos, frente a 18 de carne de res.
En la actualidad, la demanda per cápita de pollo ronda los 23 kilos anuales.
En 2011, el presidente de Fedegan, José Felix Lafaurie, aseguró que el consumo de carne viene en descenso desde el 2000 con un pequeño repunte en el 2010, con un consumo promedio en los últimos 5 años de 18 kilos por habitante año.
Entre tanto, la Federación Nacional de Avicultores (Fenavi) reportó un consumo por persona de 23,8 kilos de pollo al año.
Según un estudio realizado por zootecnistas de la Universidad de La Salle, la principal razón de este cambio en la preferencia de los consumidores nacionales son los bajos costos de producción, que a su vez se reflejan en una reducción de los precios al público, logrados por los productores a través de eficientes sistemas de producción.
Ruth Rodríguez, directora del Programa de Zootecnia de La Salle, asegura que “en la industria avícola es posible tener entre 8 y 12 animales por metro cuadrado (dependiendo el clima), que al multiplicar por 2 kilos de peso por animal al final, del ciclo de engorde, se está hablando de 16 a 24 kilos de proteína animal por metro cuadrado.
Esta eficiencia se ve reflejada en un menor precio al consumidor, que durante los últimos años ha oscilado entre 5.000 y 6.000 pesos por kilo frente a 10.000 y 12.000 por kilo de carne de res”.
El estudio también revela que en la última década (2002-2012) se ha evidenciado un ritmo sostenido de crecimiento en la industria avícola, con parámetros zootécnicos iguales o superiores a otros países latinoamericanos como Brasil. “La avicultura colombiana tiene actualmente mortalidades inferiores al 3 por ciento, con un ciclo de producción de 42 días que cada día se acerca más a los 38 que registran los países más eficientes”, agrega Rodríguez.
Otra de las razones que ha motivado la preferencia de los colombianos por el pollo está relacionado con la tendencia de quienes por motivos médicos, ven en las carnes blancas una alternativa para no dejar de consumir proteína de origen animal.
A la lista de factores que hacen inclinar la balanza de la demanda de los hogares a favor del pollo se suman la rapidez para su preparación y la facilidad para seleccionar las presas y las partes preferidas por cada uno de los miembros de la familia. Un pollo crudo de 2,5 libras vale alrededor de 8.000 pesos, mientras que con ese dinero apenas compra una libra de chata de res.
CONGRESO DE ZOOTECNIA
Los resultados de este análisis y de una docena de temas cruciales en la alimentación de los colombianos, más aún con la entrada en vigencia de diversos tratados comerciales internacionales, serán presentados en el Primer Congreso Colombiano de Zootecnia, que se realizará el 30 y 31 de este mes en la U. de La Salle, Sede de Chapinero, de 8 a.m. a 6 de la tarde.