El pasado viernes 5 de agosto, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) reportó que la inflación en julio de 2022 había llegado a dos dígitos y había alcanzado un límite que no se presenciaba desde 2000.
El indicador mostró una variación anual de 10,21 % y deja al país con una cifra por encima del incremento del salario mínimo de este año, que fue de 10,07 %.
(Lea: Inflación de 10,21% de julio ya se ‘comió’ el alza del mínimo).
La situación es de alerta para la economía nacional, pues sus impactos se ven en todos los sectores y poblaciones en el país.
Pero, ¿por qué es tan importante y por qué debería importarle la inflación? Le explicamos.
El IPC es el promedio de los precios que las personas pagan por los bienes y servicios que compran, según explican analistas del Banco BBVA. Ahora bien, cuando hay un aumento del IPC de manera persistente, esto se llama inflación.
"La inflación refleja la disminución del poder adquisitivo de la moneda", explican los analistas.
En general, las economías de los países producen muchos bienes y servicios y eso hace imposible hacer el seguimiento de los precios de todos. En este sentido, el Dane construye una canasta básica en la que incluye los gastos habituales de un hogar.
"Si de un año a otro por más dinero se compra la misma canasta básica, se puede decir que existe una inflación", puntualiza Carlos Parodi, profesor de la Universidad del Pacífico.
Cuando un país presenta inflación, se disminuye su poder adquisitivo. Esto implica que al subir los precios, el dinero vale menos y se pueden adquirir menos cosas. Impacto que se ve de forma mucho más contundentes en los hogares pobres.
(Además: Los sectores que impulsaron la inflación de julio en Colombia).
Entre más inflación exista, va a haber un desaliento de las inversiones y el ahorro porque se genera una incertidumbre sobre el valor del dinero, según el banco BBVA. En el caso contrario, si la inflación es estable, hay un incentivo al consumo y mayor crecimiento económico en el país.
El control de este índice es un tema de alta relevancia para la economía de los países y, por ende, sus gobiernos.
"Una inflación baja promueve el uso eficiente de los recursos productivos. Por el contrario, cuando la inflación es alta una parte del tiempo de los individuos y una parte de los recursos de la economía se invierten en la búsqueda de mecanismos para defenderse de la inflación", explican desde el Banco de la República.
Ahora bien, con una inflación baja hay menos incertidumbre en la economía, la cual tiene efectos en la rentabilidad de la inversión y el crecimiento de la economía a largo plazo.
"La mayor incertidumbre implica también incertidumbre en los precios relativos, de tal manera que los precios pierden su contenido informativo sobre los precios futuros y los márgenes de comercialización aumentan. Todo esto afecta la asignación eficiente de los recursos y disminuye el crecimiento económico", puntualiza el Emisor.
Finalmente, los efectos que deja sobre los hogares más pobres y vulnerables son altos.
Con un nivel de inflación bajo, se evita que haya redistribuciones arbitrarias del ingreso y la riqueza. Los asalariados y las personas jubiladas tienen menos mecanismos para protegerse de la erosión inflacionaria de sus ingresos, según el Banco de la República.
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Si el país registra un alto nivel inflacionario, entonces las personas tienen menos mecanismos de defensa contra este problema. Por ejemplo, ahorros o propiedades. Esto implica una redistribución del ingreso en contra de los hogares más pobres.
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