El Código Nacional de Tránsito contempla que con Grado 1 de embriaguez, la licencia debe ser suspendida entre ocho meses y un año; con Grado 2, entre dos y tres años y con Grado 3, entre dos y 10 años. La reincidencia es más severa: se puede sancionar con la suspensión de la licencia de por vida.
Estas pruebas se realizan a través de alcoholímetros, los únicos aparatos autorizados por la ley, específicamente por Medicina Legal, para funcionar como toma de prueba de alcoholemia para los conductores.
Pero, ¿qué tan seguros son esos medidores? ¿Corre riesgos el conductor que previamente se ha tomado un vino, de que lo metan a la cárcel? ¿Esta nueva disposición podría conllevar a una cacería de brujas por parte de la autoridad?
El ingeniero José Castañeda, técnico de Saravia Bravo Ltda., el mayor distribuidor de alcoholímetros del país, dice que si bien es necesario calibrar los aparatos para que midan a la perfección, estos realizan mediciones precisas.
"Todos los alcoholímetros del país deben cumplir con normas estrictas e incluyen una impresora que registra las mediciones para que el conductor las guarde en caso de reclamaciones -admite el experto-. Al prenderlos, realizan un chequeo automático y si hay algo por fuera de los parámetros, simplemente no funcionan".
Los alcoholímetros poseen también una memoria que almacena todo lo relativo a las pruebas realizadas, desde cómo se realizó hasta el día y la hora en que se hizo. Es un protocolo que se le instala de fábrica y que es imposible de adulterar.
"Deben ser calibrados cada cierto tiempo para que cumplan con las mediciones exigidas, y esa calibración solo la podemos hacer nosotros los distribuidores de forma tal que aspectos como la altura sobre el nivel del mar o la temperatura ambiente afecte en los más mínimo las mediciones", anota el ingeniero.
Los retenes
En cuanto a la idoneidad de los agentes, Saravia Bravo la certifica a través de cursos que les dictan y que aprueban luego de realizar varios operativos y pasar un examen de conocimientos.
Además, están obligados a realizar segunda muestra 15 minutos después de tomada la primera con el fin de estar seguros de que el alcohol no estaba concentrado en boca, sino que, en realidad, fue absorbido por el cuerpo.
"Es difícil decir a qué equivale cada grado de alcohol, pues entre más voluminosa sea la masa corporal, mejor se absorben los tragos -continúa Castañeda-. Una persona pequeña es más propensa a emborracharse que una grande, además, no todos los cuerpos reaccionan igual".
Los retenes de embriaguez en Bogotá constan de 10 a 15 agentes de tránsito que se instalan en sitios estratégicos con conos, vallas, barreras de seguridad y una carpa, a donde conducen al infractor para que un agente experto lo obligue a soplar en una boquilla.
Pasados 10 ó 15 minutos, los agentes están obligados a tomar una segunda muestra, si la medición da como positiva para la infracción. Cotejada la contravención, al infractor se le inmoviliza el vehículo y se le extiende un comparendo que equivale a 30 salarios diarios mínimos legales vigentes.
La experiencia de los agentes también es determinante. "A diferencia de la presencia en un accidente de tránsito, nuestra función en un retén es prevenir que a los conductores y sus acompañantes les suceda algo malo por andar fuera de control", dice uno de los agentes más antiguos de la Policía Metropolitana de Tránsito de Bogotá, abordado por nuestra sección.
Su experiencia le indica que el sudor en la frente, el parpadeo lento y el caminar pausado delata de inmediato al borrachín. "Otros ingieren mentas para tratar de engañar y asumen posición de hombre serio para ocultar el estado de embriaguez, pero el alcoholímetro no miente".
Cabe decir que si los resultados de la muestra y la 'contramuestra' difieren en más de un 5 por ciento, los agentes deben romperlas y empezar de nuevo, pues la idea de hacerla de nuevo a los 10 ó 15 minutos es descartar que haya alcohol en boca, pero no en la sangre.
"Esto evita que el conductor sea multado sin justa causa, pues el alcohol en boca puede mostrar mucha concentración cuando el conductor, por ejemplo, acaba de tomarse una copa de vino y eso no da para decir que está manejando con tragos", concluye el agente de tránsito.
Los grados de alcohol
*La Resolución 000414 del 2002, artículo segundo, define los grados de embriaguez.
*Resultados menores a 40 miligramos de etanol por cien mililitros de sangre total se interpretan como estado de embriaguez negativo.
*Resultados entre 40 y 99 miligramos de etanol por 100 mililitros de sangre total corresponden al primer grado de embriaguez.
*Resultados entre 100 y 140 miligramos de etanol por 100 mililitros de sangre total corresponden al segundo grado de embriaguez.
*Resultados mayores o iguales a 150 miligramos de etanol por 100 mililitros de sangre total corresponden al tercer grado de embriaguez.