Sin importar qué tanto conozcan el sector automotor, ninguno de los actores principales del gremio se atreve a pronosticar cuántos carros se venderán en el 2016 y todo por una razón: porque hay incertidumbre sobre el comportamiento del dólar, algo con lo que la mayoría concuerda.
La divisa extranjera es en este momento la variable más importante en la ecuación que da como resultado el precio de los vehículos nuevos, por cuanto los importados se pagan en dólares y los ensamblados o fabricados en el país tienen muchos componentes (CKD), como los motores, que se traen desde el extranjero y también se pagan en dólares.
Por esa razón, el precio de un vehículo nacional o importado se determina por la tasa de cambio. Ello significa que si ensamblar un vehículo hace dos años, cuando el dólar estaba en 1.800 pesos, costaba 20.000 dólares, probablemente ese siga siendo el precio al cual viene desde el extranjero, pero con la diferencia de un dólar a 3.100 pesos, que viene a costar casi el doble una vez se pone en la vitrina en Colombia.
Otro ejemplo de cómo el dólar impacta el precio de un vehículo de manera directa es el de la camioneta Dodge Journey básica, que en algún momento llegó a costar 52 millones de pesos y con ese precio fue una de las sensaciones del mercado en su momento, pero que hoy no se baja de 78 millones, y todo por cuenta de la tasa de cambio.
Por las anteriores razones, el comportamiento del sector automotor durante el 2016 dependerá, en gran medida, del precio del dólar, aunque también importarán variables como el poder adquisitivo de las personas, las tasas de interés de los créditos y el ritmo de crecimiento de la economía nacional.
Para el director ejecutivo de la Asociación Colombiana de Vehículos Automotores, Andemos, Oliverio Enrique García, el precio del petróleo, la tasa de cambio, los impuestos y la inversión extranjera son variables que condicionarán el mercado automotor en el 2016.
“Para el próximo año, las proyecciones dependerán de estas variables, en especial el comportamiento del precio del petróleo, que es el punto vulnerable para la tasa de cambio”, afirma el directivo gremial.
El director de Andemos opina que el precio del dólar está teniendo y tendrá una incidencia no solo en el sector de los vehículos, sino en toda la economía: “Será un tema de cómo se va adaptando el consumo con los efectos que genera la devaluación y, por supuesto, los grandes ganadores deberían ser las exportaciones”.
García agrega que, a pesar de los tropiezos, en el 2016 y a largo plazo “el mercado automotor deberá seguir su senda ascendente porque Colombia es un país desmotorizado y hay mucho espacio para que el carro penetre en los estratos 2, 3 y 4, que es donde está el grueso de los usuarios”.
A ese respecto, Jorge Mejía, presidente de GM Colmotores, también concuerda en que Colombia aún tiene para dónde crecer en cuestión de ventas de carros, al tiempo que asegura que “el país es un mercado para 500.000 vehículos al año”.
Medio millón de carros es lo que venden otros países como Argentina, y son el resultado de medir cuántas personas habitan un país y cuántos vehículos hay, una medición conocida como índice de motorización, que en Colombia es de un poco más de seis vehículos por cada 1.000 habitantes, lo que ubica al país en el décimo puesto en relación con este índice en América Latina.
A sacarle provecho a la inversión en las plantas
Líderes del sector, como el presidente de Renault Sofasa, Luis Fernando Peláez, ven el 2016 como una oportunidad para paliar la crisis financiera que, según algunos analistas, se avecina en el ámbito internacional y de la cual Colombia no es ajena.
Renault Sofasa invirtió 42 millones de euros en adecuaciones de su planta en Envigado (Antioquia), para producir el remozado modelo Logan (lanzado a mediados de agosto del 2015) y espera sacarle provecho, teniendo en cuenta que el primer Logan se presentó en el 2005 y es el único que continúa produciéndose en el mercado, si se compara con el Chevrolet Aveo, su más cercano competidor, que también se sacó al mercado hace 15 años pero que desde hace casi dos años se dejó de producir.
Según Peláez, su compañía espera vender aproximadamente 50.000 vehículos en el 2015 y más de esa cantidad en el 2016, lo que le significaría a Renault aumentar la participación entre 17,5 y 18 por ciento, lo que se traduce en que en los últimos 15 meses le habrá quitado 1,5 por ciento de la torta a su principal competidor y líder del mercado, GM Colmotores.
Para el 2016, Peláez dice que espera continuar en ese camino, lo que le permitirá aumentar la capacidad actual de su planta, de 80 mil vehículos al año a 82 mil (esta es la capacidad máxima, no necesariamente que se vaya a producir dicha cantidad de vehículos), como una forma de ‘no pararle bolas’ a la supuesta crisis, sino como ‘terapia’ corporativa de seguir “haciendo cosas y obteniendo resultados positivos”.
En cuanto a la gama alta de vehículos Iván Pérez, gerente comercial del Grupo Premier, opina que ese segmento “también presentará una disminución aunque menos puntualizada, pues al cierre de julio se presenta en el orden de solo un 5 por ciento respecto al mismo periodo del 2014”, explica.
Para Pérez, el escenario sería distinto si el dólar se mantuviera como está, con la certeza de que no seguirá subiendo: “De esta forma, las ventas seguirían su ritmo aunque fuera a un paso más lento y con volúmenes más moderados”, puntualiza el ejecutivo del Grupo Premier.