Con varios planteamientos concretos para mejorar las condiciones de su negocio a mediano y largo plazo, los banqueros colombianos iniciaron ayer su convención anual en Cartagena. Las mayores preocupaciones de la banca están en lo que los líderes del sector consideran grandes barreras para el desarrollo de su actividad de intermediación financiera. Por eso, en la instalación de la convención bancaria en Cartagena, la presidenta del Banco Caja Social BCSC y de la junta directiva de la Asobancaria, Eulalia Arboleda, insistió en un planteamiento que desde hace mucho tiempo inquieta a los banqueros: la eliminación del cuatro por mil. En su concepto, el impuesto a las transacciones bancarias genera un serio desestímulo al ahorro, además de distorsionar la preferencia de los medios de pago, al fomentar un mayor uso del dinero en efectivo. Señala que el saldo total de efectivo en circulación a julio de este año representaba el 13,8 por ciento de los medios pago ampliados, mientras que hace 10 años esa relación era inferior al 7 por ciento. La presidenta de la junta directiva de la Asociación Bancaria dijo que el proceso de bancarización en Colombia se frena también con otra barrera como es la imposición de límites a las tasas de interés para los créditos. Señaló que a exigencia legal de establecer un tope a la tasa de interés activa no refleja los elementos de costos referentes al negocio de las microfinanzas y no permite a las entidades formales intermediar recursos en forma rentable y sostenible en segmentos bajos de la población, normalmente ubicados en zonas de más difícil acceso en donde la operación bancaria es claramente más costosa, dijo Eulalia Arboleda. Agregó que el límite a la tasa de interés del crédito además de impedir la oferta de servicios bancarios a más colombianos, ha estimulado el desarrollo generalizado de sistemas informales de financiación, que superan los límites de la usura y usan prácticas de cobro inaceptables. Lo más lamentable, agregó, es que son los colombianos de los estratos más bajos de la población los que se ven obligados a acudir a esos sistemas de créditos a tasas de usura. "El límite a la tasa tiene además un segundo efecto perverso cuando se registra una tendencia a la baja de este indicador; la nueva tasa certificada se debe aplicar no sólo a las nuevas operaciones sino que obliga a la entidad financiera a modificar las condiciones de precio ya pactadas en todos los préstamos vigentes, con un efecto nocivo de descalce y un riesgo de tasa de interés evidente". La presidenta de la junta directiva de la Asobancaria señaló que esas barreras afectan seriamente el proceso de profundización financiera, especialmente ahora cuando la banca colombiana muestra indicadores de crecimiento importantes. Los desembolsos de crédito a junio de este año superaban las 55 billones de pesos con un crecimiento anual cercano al 30 por ciento y se estima que las cartera de las pymes crece a una tasa anual de 44 por ciento con más de 15,2 billones de pesos en recursos nuevos canalizados sólo en el primer trimestre del año. La sola cartera de microcrédito llegó a junio pasado a 1,37 billones de pesos con un crecimiento anual de 37 por ciento. En materia de crédito hipotecario, la banquera destacó las nuevas ofertas lanzadas por el sector financiero en los meses anteriores, lo que permitió que los desembolsos del primer semestre crecieran 52 por ciento anual. Destacó el comportamiento de la vivienda de interés social (VIS), al señalar que el convenio firmado con el Gobierno para canalizar recursos a ese sector superan la meta propuesta en un 113 por ciento con más de 1,13 billones de pesos desembolsados. En este punto, Eulalia Arboleda hizo una observación al señalar que a la banca le preocupa la amenaza que representa para la dinámica de la vivienda, la eliminación que se plantea de los incentivos tributarios de que gozan. La presidenta de la junta directiva de la Asobancaria se refirió también a la necesidad de estimular la profundización financiera en Colombia y recordó que la cartera del sistema representaba en 1997 un 37 por ciento del PIB, mientras que en el 2005 -como producto de la crisis económica de 1999- ese indicador sólo llegó al 23 por ciento. La cartera hipotecaria llegó el año pasado a 3 por ciento del PIB frente al 12 por ciento de mediados de los 90. "Lo más lamentable, es que son los colombianos de los estratos más bajos de la población los que se ven obligados a acudir a tasas de usura.
Finanzas
11 ago 2006 - 5:00 a. m.
Que quiten barreras a bancarización
La agenda del sistema financiero incluye no solo la eliminación del cuatro por mil, sino también una mayor libertad para su operación, dentro de la cual está borrar la tasa máxima que pueden cobrar para los créditos.
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