Se está agotando el plazo para que los empleadores consignen las cesantías de más de 7,6 millones de trabajadores formales.
Teniendo en cuenta que el año pasado el empleo no sintió de manera significativa el golpe de una actividad económica mucho más lenta, estos recursos aumentarían en una proporción similar que en años anteriores.
Así, el recaudo de cesantías –tanto de los cuatro fondos privados como del Fondo Nacional del Ahorro–, rondaría los 6 billones de pesos, comparados con los 5,63 billones de pesos del año pasado.
Por el lado de los fondos privados, en donde están 6,43 millones de afiliados, se espera mantener un crecimiento similar al de años anteriores (12 por ciento). Con esto, recibirían alrededor de 4,5 billones de pesos, frente a los 4,1 billones de pesos del 2015.
En el caso del Fondo Nacional del Ahorro, cuyo recaudo de cesantías del año pasado fue de 1,52 billones de pesos, no se esperan variaciones importantes. Esta entidad tiene 1,25 millones de afiliados.
Como se recuerda, las cesantías son un derecho al que tienen los trabajadores formales, y cada año los empleadores consignan en los fondos el equivalente a un mes de salario por cada año trabajado o proporcional si el período es menor de 12 meses.
Tradicionalmente, el plazo para que las empresas hagan este pago vence el 14 de febrero, pero al caer en un domingo este año, la fecha límite se aplazó para el lunes 15.
De no producirse el pago en los plazos establecidos, las empresas son sancionadas por mora con un día de salario por cada día de retraso, a favor del trabajador, explicó Andrés Vásquez, vicepresidente comercial de Porvenir.
Desde el punto de vista del usuario, las cesantías son un mecanismo de protección para el trabajador, en caso de quedarse sin empleo, aunque los recursos también pueden utilizarse para fines específicos que establece la Ley, como la compra o mejoramiento de vivienda, y los pagos de educación.
De hecho, son pocos los trabajadores que hacen uso de las cesantías como un ahorro de largo plazo para cualquiera de esos objetivos, pues generalmente la mayor parte de los recursos que consignan los empleadores en febrero, son retirados por los trabajadores en el transcurso del año.
Cifras recientes de Asofondos, el gremio de las AFP privadas (Protección, Porvenir, Colfondos y Old Mutual), señalan que de los 4,1 billones de pesos de cesantías que las empresas consignaron el año pasado en estas entidades, los trabajadores retiraron 3,92 billones de pesos.
Casi la mitad de recursos tuvo como destino la vivienda. Por ejemplo, para mejorar sus sitios de residencia, los afiliados retiraron 1,04 billones de pesos (26 por ciento del total), mientras que para la compra de vivienda se destinaron 980.566 millones de pesos, que son el 25 por ciento de los retiros.
Entre tanto, 1,4 billones de pesos fueron usados como seguro de desempleo, y el resto se destinó a educación y otros.
AUMENTÓ GASTO DE CESANTÍAS EN EDUCACIÓN
En 2015, el porcentaje de las cesantías que los colombianos destinaron a educación creció 15,7 % con respecto a 2014, según análisis de la Asociación Colombiana de Administradoras de Fondos de Pensiones y de Cesantía (Asofondos).
De acuerdo con la Asociación, el año pasado se invirtieron $365 mil millones, $50 mil millones más que en 2014. En los últimos diez años, los trabajadores utilizaron $1,96 billones de sus cesantías para educarse.
Esta necesidad sigue siendo el tercer destino de las cesantías, después de terminación de contrato y gastos asociados a vivienda.
¿QUÉ TIPO DE EDUCACIÓN FINANCIAN LAS CESANTÍAS?
La ley estipula que las cesantías pueden destinarse para financiar los pagos por concepto de matrículas del trabajador, su cónyuge, compañera o compañero permanente y sus hijos, en entidades de educación superior reconocidas por el Estado.
En tal caso, el Fondo girará directamente a la entidad educativa y descontará el anticipo del saldo del trabajador, desde la fecha de la entrega efectiva.