Una capital donde el aburrimiento no existe No se puede hablar de Bogotá sin mencionar sus parques, sus humedales, sus inmensas zonas verdes y sus escenarios que combinan diversión con aprendizaje, ideales para toda la familia. En primer lugar, las dos insignias de la ciudad son el Parque Nacional (carrera séptima a avenida Circunvalar, entre calles 35 y 39) y el Metropolitano Simón Bolívar (calles 63 a 68, entre carrera 48 y avenida 68). Pero también están el del Virrey, también llamado de las Flores, (que atraviesa de oriente a occidente un buen tramo de la ciudad, desde la carrera 9 hasta la paralela de la Autopista, por la calle 87); el de la Independencia (conecta las carreras 5 y séptima, con calle 26); el del Renacimiento (por la misma 26, pero con carrera 22); el de Ciudad Montes (en el sur: carrera 38 con calle 10); el de Timiza (en el barrio del mismo nombre, también en el sur); el del Tunal (calle 48 B sur, con carrera 22) y el inmenso de La Florida (calle 80, vía a Cota), por nombrar sólo algunos. Otros parques son los que tienen atracciones mecánicas, como Salitre Mágico, Mundo Aventura y Camelot. En cuanto a sus humedales, el de La Conejera (en Suba), el de Jaboque (en Engativá) y el de Córdoba (en Niza) son algunos de los más importantes y que hoy están recuperados y convertidos en parques, con senderos peatonales para la observación de flora y fauna. Y, para los que buscan esparcimiento y aprendizaje a la vez, en Bogotá hay lugares como Maloka, un centro interactivo donde niños y adultos pueden tener un contacto con las ciencias mientras juegan con todo lo que está a su alcance. (Carrera 68 D No. 24 A-51). También hay que hablar de la arquitectura bogotana, pues no se puede dejar a un lado el emblemático edificio Colpatria, que con sus 38 pisos es, actualmente, la torre más alta del país. O las obras del ilustre arquitecto Rogelio Salmona, entre las que se destacan los edificios de las Torres del Parque, en el sector de La Macarena, que rodean la también espectacular Plaza de Toros de Santamaría (carrera 6 con calle 26). Ahora, para quienes buscan la salud, la ciudad se ha ido consolidando como el epicentro de grandes establecimientos hospitalarios, como la cuna de trascendentales ejercicios quirúrgicos y como la sede de afamadas clínicas de estética. Estos aspectos traen consigo pacientes que no viajan solos y quienes, además, necesitan quedarse un tiempo adicional para su recuperación postoperatoria. Para ellos y sus acompañantes, la oferta hotelera de Bogotá tiene varios planes, que incluyen no sólo el alojamiento y la alimentación, también servicio de enfermería y de personal especializado en cada rama de la salud, para proveer la atención necesaria en el momento adecuado. Por lo general, los hoteles y casas de reposo, o de paso, como también se les conoce, están en los alrededores y zona de influencia de los grandes centros hospitalarios. De compras por Bogotá, bueno y barato De un año para acá, el auge en la construcción de centros comerciales ha sido el indicador de que el sector del comercio ha encontrado en Bogotá un importante aliado. Ya la lista supera los 40, desde los más exclusivos, como el Retiro, Andino o Atlantis (en la Zona Rosa), hasta los más recientes, como San Rafael, Santa Fe o Palatino (en el norte de la ciudad), pasando por los especializados, como Portobello, que concentra el diseño de interiores y las tiendas de arte. A estos se suman los outlets (donde importantes fábricas tienen sus puntos de venta con descuentos) y los sectores especializados en distintos productos. Por ejemplo, la Vía del Sol (en la Zona Rosa), donde los más reconocidos diseñadores colombianos tienen sus boutiques; o la calle 79 (entre carreras séptima y novena) y la carrera novena (entre calles 60 y 63), dos sectores que han concentrado a los más exclusivos establecimientos anticuarios de la ciudad. En general, para el visitante de la ciudad salir de compras resulta bastante económico, debido a que los precios, la calidad y la atención son altamente competitivos en Bogotá frente a otras capitales y lugares turísticos del mundo. Campo y tradición en las goteras bogotanas Salir de Bogotá significa ir en busca de la tranquilidad que da el campo, de la paz que ofrecen los paisajes y de la calma que se ha perdido entre la cotidianidad de la vida diaria, propia de una urbe. Hacia el norte se encuentran los municipios de la Sabana, como Chía, Cajicá, Tabio, Tenjo y Zipaquirá. Cada uno de estos pequeños y tradicionales espacios tienen su encanto. La mayoría, por ejemplo, por estar tan cerca de la capital, se han convertido en ciudades dormitorio y, por tanto, cuentan con la infraestructura de un barrio de inmensas proporciones: centros comerciales, restaurantes exclusivos, sitios de esparcimiento y un auge de conjuntos residenciales. Cajicá, famoso por sus tapetes tejidos en lana virgen, sus muebles, sus helados y sus almojábanas, sigue en el recorrido. Luego están Tabio ( muy artesanal, donde las principales ventas se concentran en las casonas alrededor de la plaza principal), Tenjo (reconocido por sus balnearios de aguas termales) y Zipaquirá, con su Catedral de Sal. Esta es una majestuosa obra construida en el interior de una mina de sal, que causó gran impacto a los empresarios y periodistas extranjeros que la visitaron el fin de semana pasado, durante un fam trip organizado por Proexport, en el marco de la Macrorrueda de negocios de turismo.
Finanzas
29 abr 2006 - 5:00 a. m.
RUEDAN LOS NEGOCIOS - TURISMO
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