A finales del 2010, la sociedad Ferrocarriles del Pacífico S.A.S., que unirá a Buenaventura (Valle) con La Felisa (Caldas), estaba a punto de entrar en liquidación.
Hoy, tras 20 meses de sometimiento a control por la Superintendencia de Puertos y Transporte, el presidente Juan Manuel Santos reinaugurará la línea férrea.
La resurrección del proyecto contempla el transporte mensual de 10.000 toneladas de carga a siete grandes clientes, entre estos Manuelita, Argos, Industrias del Maíz, Happa Lloyd, Neo Gas y LG.
“Esperamos que al final del año sean más de 25.000 toneladas trasportadas y que el número de clientes se duplique”, afirmó Juan Miguel Durán, superintendente de Puertos.
Tras varios meses de negociaciones y con el acompañamiento de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), en cabeza de Luis Fernando Andrade, el Gobierno aceptó la inyección de 70 millones de dólares de un consorcio colombo israelí –conformado por RDC y Mariverdo–, con la condición de que los primeros propietarios retiraran sus demandas contra la Nación.
En este momento se tiene presupuestada la adquisición de ocho locomotoras y ya fueron reparadas tres, además de 37 planchones en los que se mueve la carga.
A mediados de junio se hizo una emisión de acciones por 21.000 millones, y se refinanciaron 23 deudas con bancos y otros acreedores.
Según documentos conocidos por EL TIEMPO, las pérdidas acumuladas de la empresa, a 2010, superaban los 16.000 millones de pesos, y ni siquiera tenía personal para operar la línea férrea.
Pero ya fueron contratados 110 empleados directos y hay otros 170 a través de subcontratos con terceros.
De acuerdo con la Superintendencia de Puertos, la firma se encuentra al día con los sueldos y la seguridad social de sus empleados, que hace dos años la tenían embargada (ver recuadro).
¿QUÉ FALTA?
Pero aún faltan ajustes para que la línea férrea cumpla su cometido.
La siguiente fase consiste en cambiar el ancho entre rieles, que exige invertir cerca de 400 millones de dólares.
También se tiene bajo supervisión el tramo Yumbo-Buenaventura, que estuvo taponado por derrumbes de la ola invernal.
La rehabilitación de este trecho costó 5.500 millones de pesos, que serán reembolsados a la empresa.
También está pendiente de que las diferencias contractuales entre Ferrocarriles del Pacífico y la ANI se resuelvan en dos tribunales de arbitramento que estaban temporalmente suspendidos.
ASÍ RECIBIERON LA EMPRESA
El ferrocarril Tenía deudas, embargos y demandas.
El Ferrocarril del Pacífico estaba siendo manejado por la empresa Ferrocarril del Oeste, creada por 14 firmas para administrar la concesión hasta el 2030.
Entre estas estaban Castro Tcherassi, Opp Graneles y DGP. Sin embargo, ya habían tenido que ceder acciones a 19 pequeños acreedores con los que entraron en mora.
En ese momento solo había 17 obreros, maquinaria mala en los talleres y cientos de demandas contra la empresa.
EN DICIEMBRE SE LLEGARÍA A BUGA
Esta noche saldrá desde Buenaventura un tren con 180 toneladas de rollos de aluminio, carga que encarrilará de nuevo el tren del Pacífico.
Aunque hay vía hasta La Tebaida, en el Quindío, por ahora el tren llegará solo hasta Yumbo, recorrido que le tomará unas 10 horas.
Desde hace un año los viajes empezaron a disminuir, pero los nuevos socios están optimistas y desde el pasado 28 de junio comenzaron a realizar las pruebas.
Los nuevos socios confían en que, a diciembre, el tren de carga haya extendido su recorrido hasta Buga.
En los primeros 30 días de operaciones esperan transportar 6.000 toneladas de mercancías y proyectan, al finalizar el año, mover 25.000 toneladas y el próximo año, un millón.
En 1998 el Gobierno nacional entregó en concesión, durante 30 años, los 498 kilómetros de la red férrea del Pacífico.
Pero el concesionario, Tren de Occidente, solo arrancó la operación en el 2000 y explotó la red apenas durante ocho años, pues no consiguió la carga esperada.
SE BUSCA LA REHABILITACIÓN DE 1.672 KILÓMETROS
El 26 por ciento de la carga del país se mueve por ferrocarriles, lo que pone a este modo de transporte como el segundo medio más utilizado, siendo el carbón el producto de mayor movilización.
Pese a esto, el país es famoso por tener la calidad en infraestructura ferroviaria más baja del mundo.
Según el Índice Global de Competitividad, elaborado por el Foro Económico Mundial, Colombia ocupa, en ferrocarriles, el puesto 102 entre 139 países.
De acuerdo con Planeación Nacional, en el 2010 se transportaron 67 millones de toneladas, de las cuales 66,6 millones fueron de carbón y 366.000, de otros productos, entre estos cemento.
Este movimiento de carga significa un incremento del 12,8 por ciento con respecto a lo transportado en 2009 (59 millones).
La concesión que más mueve carga es la del Atlántico, administrada por Fenoco, especialmente por el carbón del Cesar y de La Guajira. En el 2010 movió 35,6 millones de toneladas.
Por su parte, la concesión de la línea férrea del Pacífico transportó, desde el inicio de la operación en el 2003 hasta el 2010, un total de 1’036.219 toneladas de productos como azúcar, concentrados, maíz, cemento y lámina.
Entre los planes del Gobierno está la recuperación de 1.672 kilómetros de líneas existentes (solo se usa el 55 por ciento). “En agosto sacaremos a licitación las rehabilitaciones en los tramos la Dorada-Chiriguaná y Bogotá-Belencito; este proceso debe durar 12 meses para que a mediados del 2013 entren en operación”, afirma el presidente de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), Luis Fernando Andrade.
Adicional a la obras de rehabilitación, prepara un paquete de proyectos por 11 billones de pesos, que presentará en septiembre, para unir los ramales y recuperar el sistema férreo.
La mayoría de estas inversiones las inyectará el sector privado a través de la ley de asociaciones público-privadas. El objetivo inmediato es terminar la construcción de la segunda línea Chiriguaná-Santa Marta, la construcción, rehabilitación y operación del tren del Carare, y garantizar la rehabilitación y operación de corredor del Pacífico y el Sistema Ferroviario Central.
Para Jairo Herrera Murillo, presidente de Asecarga, el impacto que tendrá la inauguración del tramo entre Buenaventura y Yumbo en las finanzas de los transportadores de carga por carretera los llevará a ‘regatear’ los fletes.
“Nos quitaron el transporte de crudo y ahora nos van a quitar la carga de los ingenios y del puerto de Buenaventura; esto va dejar al menos 10.000 camiones cesantes”, dice el empresario, quien sostiene que el precio del flete para la carga movilizada por tren es tres veces más barato.