Con base en datos de los principales diarios económicos y financieros de Colombia así como con números del Banco de la República y de Nota Económica, la percepción de la demanda de créditos en el país parece en general, disminuir, hasta mayo de 2018. Es decir que de entrada, el panorama de expectativas de créditos en el mercado interno no estaría siendo el más prometedor ante el inicio del nuevo gobierno colombiano (2018-2022).
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Con base en cifras desde marzo de 2012, es decir con una cobertura de seis años, la percepción de la demanda del crédito de vivienda mostró una etapa de alza hasta abril de 2013. Hubo luego un relativo bajón en la tendencia, para luego tener otro pico –aunque no compensatorio de los valores máximos de inicios de 2013- en abril de 2014. A partir de allí los números han ido en terreno de descenso. Para abril y mayo de 2018 se espera un alza, pero no mayor a un 17 por ciento.
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Al comparar la situación de créditos en cuanto a lo comercial, consumo, microcrédito y de vivienda, es éste último el que muestra cierto ritmo de recuperación, aunque no de manera dramática. Se espera, no obstante, que estos márgenes de alza, aún pequeños puedan ser sostenidos ante la política económica que se inaugurará el 7 de agosto con la toma de posesión del nuevo equipo de gobierno.
En materia del crédito comercial, la tendencia es a la baja. Se observa aquí un descenso que dio inicio en marzo de 2015, aunque a partir de abril de 2016, la situación ha tendido a mostrar estabilidad. De nuevo, en esto puede muy bien estar influyendo la expectativa de depresión de la demanda interna a partir de la última reforma tributaria que se basó en el IVA un impuesto regresivo que limita la capacidad adquisitiva de sectores asalariados.
Desde enero de 2017, el microcrédito ha mostrado una tendencia a la baja, aunque los valores están tendiendo a ser más bien marginales en un 4 por ciento. Esto estaría influenciando los desempeños de las pequeñas y medianas empresas. Hasta cierto punto estaría englobando también a las empresas micro. En todo caso es de recordar que en general, de manera estructural, un 95 por ciento de las unidades de producción de un país son entre micro, pequeñas y mediana, y que de ese monto, un 90 por ciento no sobreviven al 7 año de funcionamiento.
El crédito al consumo muestra un comportamiento similar al comercial, tal y como era de esperarse. En este sentido, se estaría evidenciando más aquí, la estabilización, cuando no contracción de la demanda del mercado doméstico colombiano, producto de la limitada capacidad de compra y de las condiciones de inequidad que tiene la sociedad colombiana.
Es de esperarse que las expectativas favorables de un nuevo gobierno puedan apalancar el desempeño económico. En la medida que la confianza de los agentes económicos se reafirme, la dinámica del sistema de producción y consumo en los mercados colombianos se fortalecerá notablemente.
Giovanni E. Reyes,
Ph.D. University of Pittsburgh/Harvard.
Profesor Titular y Director de la Maestría en Dirección de la Universidad del Rosario.