El sector asegurador, como casi todos los demás, ya comenzó a sentir la caída en la actividad económica generada por los efectos de la lucha contra la covid-19.
(Lanzan programa para acceder a seguros de bajo costo).
Las primas al corte del primer semestre alcanzaron los $14,26 billones, lo que representa un crecimiento nominal del 1,1% pero real del -1,1% frente al primer semestre del 2019, indica Fasecolda.
Esta disminución en la adquisición de productos para proteger la vida y el patrimonio de cada asegurado se ha visto influenciado, entre otros, por factores como el desempleo, el aumento de la cartera de crédito, la no disponibilidad de ahorro y, especialmente, a que en épocas de crisis económica las personas priorizan en sus necesidades básicas.
(El año pasado evasión con Soat fue de 46%: Fasecolda).
En particular, dice el gremio, la pandemia y las medidas de contención han tenido mayor incidencia en ramos como rentas vitalicias (-33% nominal), desempleo (-13%), carros (-11%), SOAT (-6%), sustracción (-6%), riesgos laborales (-2%), accidentes personales (-4%) y transporte (-1%).
Con relación a la siniestralidad, aunque los resultados a junio muestran una disminución, este indicador no refleja adecuadamente la realidad pues los efectos generales se verán al final de año cuando se contabilicen todas las reclamaciones que, como consecuencia de la pandemia, no se han reportado.
Fasecolda dice que aunque al cierre del semestre el resultado neto de la industria es de $1,1 billones (-14% en relación con el semestre del año anterior), se ha soportado en la rentabilidad de las inversiones que cubren las reservas de riesgos asumidos en períodos anteriores y en la menor siniestralidad.
Sin embargo, la disminución de las primas durante el período y la reducción de los rendimientos financieros, además del desconocimiento del verdadero valor del costo de los siniestros, ofrecen un panorama preocupante para la segunda mitad del año.
A pesar de ello, dice Fasecolda, el sector asegurador es sólido patrimonialmente y el país debe estar tranquilo de que así sea. Esta solidez en un evento de gran estrés económico se traduce en que, se cuenta con los recursos para atender los siniestros que ocurran a sus asegurados.