En menos de 15 años, el sector financiero no solo dejó atrás la crisis con la que comenzó el nuevo siglo, sino que se fortaleció al punto que la banca, las pensiones y los seguros colombianos se destacan como multilatinas, y la industria en general es muy atractiva para la inversión extranjera.
La foto de septiembre del 2015 para el sector financiero es difícil de mejorar: crecimiento a pesar de la desaceleración de la economía y sin deterioro en la calidad de cartera, compañías extranjeras que llegan a aprovechar las oportunidades que ofrece el mercado local en distintos ramos, y entidades colombianas que protagonizan billonarios negocios en el exterior.
Sin embargo, para llegar a este punto, el sector financiero tuvo que enfrentar momentos muy complicados, pero la buena noticia es que a juzgar por lo ocurrido hasta ahora, la lección quedó aprendida.
Cuando el siglo empezó, el país estaba apenas empezando a decantar la tormenta que había golpeado al sector, en particular a la banca.
Primero fue un deterioro generalizado en muchas actividades productivas (especialmente la construcción) y un aumento exagerado en los intereses que disparó la morosidad en los créditos.
Luego, varias entidades empezaron a tener problemas, lo que trajo una ola de intervenciones estatales en todo tipo de establecimientos de crédito, sumados a los problemas de la banca pública.
Salir de esa situación les costó sudor y lágrimas no solo al Gobierno, que tuvo que asumir gran parte de la carga, sino a todos los colombianos que vieron restricciones en el acceso al crédito y que encima tuvieron que pagar el impuesto del 2 por mil (que pasó a ser 4 por mil, pero que ahora se usa como un ingreso más del fisco).
La industria financiera tuvo que reorganizarse. Por un lado, las entidades se fortalecieron y hubo un auge de fusiones y adquisiciones, al tiempo que el Gobierno ajustó y vendió muchas de las firmas que le quedaron tras la crisis, como Bancafé, Megabanco y Granahorrar.
EL DESPEGUE
Con esto, a mediados de la década pasada se dio por terminada la crisis y desde ahí, vino un crecimiento importante del sector bancario, tanto en materia de utilidades como de cartera, y muchas entidades adoptaron el esquema de multibanca e incluso banca universal, es decir que atienden a todos los segmentos.
Esto, en un escenario de mayores estándares y exigencias por parte de los reguladores.
Pero lo más representativo de los últimos años es el proceso de expansión de la banca colombiana en América Latina y que hoy no ha parado.
Bancolombia compró al Banco Agrícola en El Salvador y luego al HSBC en Panamá, sin contar con la expansión que ha tenido el grupo en sus otras unidades de negocio; el Grupo Aval, por medio del Banco de Bogotá adquirió al BAC Credomatic de Centroamérica y la operación del BBVA en Panamá, y entre Davivienda y el GNB Sudameris se quedó el grueso de la operación que vendió el HSBC en América Latina.
OTROS SECTORES
La banca no es la única de las grandes movidas. El mayor negocio hecho por el sector financiero en el exterior lo protagonizó el Grupo Sura en el 2011, cuando adquirió las unidades de pensiones de ING en América Latina por más de 3.600 millones de dólares, y de manera reciente, su filial Seguros Sura compró los negocios que tenía RSA en la región, con lo cual Sura se convirtió en una multilatina de seguros y pensiones.
Justamente, el sector asegurador es uno de los que más inversión extranjera ha recibido, no solo con la llegada de nuevas marcas, sino que grandes jugadores del exterior han comprado entidades emblemáticas, como es el caso de Allianz y Colseguros.
En cuanto a las pensiones, durante la década pasada hubo varias transacciones y jugadores que se fueron y volvieron, pero el resultado es, a hoy, una concentración de este segmento, en el que quedaron solo cuatro compañías, en lo que respecta a pensiones obligatorias privadas.
En las casas de bolsa, lo que destacan los expertos es la profesionalización, la llegada de grandes jugadores de la región como Credicorp, BTG Pactual y AdCap y la consolidación que ha tenido esta industria, a pesar de la quiebra de algunos jugadores relevantes.
LA BANCARIZACIÓN VA BIEN, PERO TIENE QUE CRECER
El saldo de cartera del sector financiero, incluido el Fondo Nacional del Ahorro, superó los 367 billones de pesos, y el crecimiento ha sido de dos dígitos por lo menos en los últimos cinco años. Sin embargo, este monto representa apenas el 42 por ciento del PIB, con lo cual la profundización sigue siendo baja.
Datos de la Superintendencia Financiera señalan que al cierre del 2014 unos 23,7 millones de colombianos tenían al menos un producto financiero. De hecho, la bancarización ya ronda el 73 por ciento.
De todas formas, el mayor acceso al crédito, a los seguros y contar con un mercado de capitales más grande, siguen siendo temas de la agenda.