En aguas frígidas a poco más de seis kilómetros de la costa este de Inglaterra, una grúa flotante instala la última de 48 turbinas de viento. Los molinos de 40 pisos de altura funcionan gracias a dos recursos abundantes: brisas marinas y fondos públicos.
Aunque los combustibles fósiles siguen siendo por lejos la fuente de energía dominante y generan grandes ganancias, en algunos mercados los subsidios del gobierno están convirtiendo a la energía renovable en un gran negocio, con menos riesgos que la de combustibles fósiles.
Las granjas eólicas "arrojan un mejor retorno sobre la inversión que las plantas de carbón", indica Anders Eldrup, presidente ejecutivo de Dong Energy, una empresa con sede en Dinamarca que está cerrando plantas de energía a base de carbón y construyendo granjas eólicas, incluida la del Reino Unido, llamada Gunfleet Sands. Pero eso es cierto sólo en lugares con subsidios cuantiosos, asegura. "Sin ellos, no funcionarían".
Los críticos afirman que los subsidios de cualquier clase malgastan el dinero de los contribuyentes. Pero incluso los que están a favor de la energía renovable temen que esta generosidad pública está costando demasiado. Afirman que la energía renovable merece subsidios para ayudarla a madurar hasta el punto en que pueda competir contra el combustible fósil. Pero les preocupa que la sociedad, en su apuro por habilitar turbinas eólicas, paneles solares y otras formas de energía limpia, esté gastando miles de millones de dólares sin generar toda la energía renovable que podría. La crisis global elevó el derroche, aseguran, en momentos en que los gobiernos aumentan los subsidios para cumplir con metas de energía renovable y crear empleos "verdes".
Algunos subsidios fueron "un total derroche", afirma Michael Liebreich, presidente ejecutivo de Bloomberg New Energy Finance, una firma de investigación con sede en Londres. "Mientras más energía renovable se produce, el Estado fija los precios de ésta", señala. "Eso me inquieta muchísimo".
Hoy en día es común que los gobiernos, en especial en Europa, les garanticen a los proveedores de energía renovable que pueden venderla por precios mucho más altos que la electricidad corriente.
Para limitar los costos, algunos gobiernos experimentan con distribuir los subsidios al estilo de una subasta, a cualquier firma que esté dispuesta a aceptar menos ayuda.
Prácticamente, toda la energía es subsidiada. Los combustibles fósiles, que proveen alrededor de 80% de la energía global, han disfrutado de ventajas tributarias y otros incentivos durante décadas. La Agencia Internacional de Energía estima que dichos subsidios en países en vías de desarrollo ¿dinero del gobierno para reducir el precio de la energía¿ ascendieron a US$310.000 millones en 2007, el año más reciente del que la AIE tiene estadísticas. A fines del año pasado, el Grupo de las 20 economías líderes hizo un llamado a dejar de lado gradualmente los subsidios a la energía fósil en todo el mundo.
Por otro lado, la ayuda gubernamental equivalió a un tercio de los US$145.000 millones invertidos en todo el mundo en energía limpia en 2009, estima New Energy Finance, una firma que provee información y análisis sobre la industria.
El negocio necesita "economías de escala que lo conviertan en una fuente viable y efectiva de electricidad", dice Robert Beisner, subdirector de la filial estadounidense de SolarWorld, un fabricante de paneles solares.
Finanzas
14 ene 2010 - 5:00 a. m.
Seguidores y críticos hablan de derroche en los subsidios a la energía verde
Seguidores y críticos hablan de derroche en los subsidios a la energía verde
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