De resto, la Cumbre del G-20 dejó poco. Anunciar que van a poner en cintura a las calificadoras de riesgo o a explorar un nuevo rol para las entidades multilaterales es un monumento al lugar común. La única decisión importante fue la de fijar su próxima reunión para el 30 de abril del 2009. ¿Esperar 5 meses, cuando estamos atravesando la mayor crisis económica internacional desde la Gran Depresión? Increíble... Entre tanto, en los últimos días pasaron cosas mucho más significativas que casi no fueron cubiertas por la prensa. Por ejemplo, el Secretario del Tesoro de Estados Unidos dio un nuevo bandazo en el uso que le dará a los 700 mil millones de dólares que le asignó el Congreso para enfrentar la crisis. Primero había dicho que los usaría para comprar cartera mala de los bancos. Después dijo que usaría una parte para comprar acciones de las entidades en problemas. Pero la semana pasada se arrepintió y dijo que ya no iba a comprar cartera mala. Semejante indecisión es un reguero de pólvora en una crisis que tiene como eje la desconfianza de los agentes financieros. ¿El resultado? Las tasas de interés internacionales, que habían empezado a bajar, volvieron a subir y dejaron en el vilo el reestablecimiento de los flujos de crédito. Pero hay más novedades que han pasado inadvertidas. La semana pasada el Gobierno chino anunció una expansión fiscal que triplica lo hecho por Estados Unidos en ese frente hasta el momento. Los cerca de 600 mil millones de dólares que gastará el Gobierno chino en los próximos dos años representan alrededor de 14 por ciento de su Producto Interno Bruto, lo que constituye el estímulo fiscal más grande que haya tenido país alguno en tiempos de paz. Con ese anuncio mejoran un tanto las perspectivas de crecimiento de China en el futuro inmediato, lo que atenuará un poco la caída de los precios de las materias primas para beneficio de países que las exportan como Colombia. Y mientras todo eso pasaba, llegaron las elecciones regionales del próximo domingo en Venezuela, adonde va la tercera parte de nuestras exportaciones no tradicionales. Hay que decir que las cosas no pintan nada bien para Colombia. Mientras las encuestas siguen mostrando que la oposición lleva la delantera en varios centros urbanos, Chávez ha anunciado que hará cualquier cosa para cerrarle el paso, incluso sacar la fuerza pública a la calle. Y en medio de la puja, la cotización internacional del petróleo ya ha caído por debajo de 55 dólares por barril, precio que no da para sostener las cuentas fiscales ni el precio del Bolívar. Basta recordar que el Gobierno venezolano hizo su presupuesto de 2009 con una proyección de precio del petróleo de 60 dólares por barril. Por eso tenemos que hacernos a la idea de que, en el mejor de los casos, muy pronto habrá una devaluación del Bolívar de al menos 35 por ciento y una severa contracción de la economía venezolana, con el consecuente efecto negativo sobre nuestras exportaciones no tradicionales. ¿Y en el peor de los casos? Habrá que oír Aló Presidente. '' Hay que decir que las cosas no pintan nada bien para Colombia.WILABR
Finanzas
21 nov 2008 - 5:00 a. m.
Tiembla Venezuela
Algo está pasando con las noticias económicas internacionales: las cosas intrascendentes se publican en primera página y las cosas más importantes casi no se difunden. Vean el caso de la Cumbre del G-20: aún está fresca en la memoria la foto de los mandatarios que salió en primera plana en los principales diarios del mundo, como si allí hubiera pasado algo de interés. Pero qué va... lo más interesante fue que Cristina Fernández de Kirchner se quedó por fuera de la foto.
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