Como en las leyes de Murphy, lo que está mal es susceptible de empeorar. Y eso fue lo que le ocurrió al comercio exterior colombiano el año pasado, pues se le juntaron todos los males. A la baja demanda internacional y la caída de precios que trajo la crisis, se le sumó la revaluación y los problemas con los vecinos, que están entre los principales socios.
Lo bueno es que no hay mal que dure cien años y, de esta experiencia, surgen elementos para que el comercio recupere la senda ascendente este año.
La diversificación del abanico de destinos con los que el país hace negocios y aumentar la canasta de productos que se ofrecen en el exterior son las recomendaciones que surgen desde hace tiempos.
Sin embargo, el tema va más allá. Para los expertos, el tema clave es la productividad. El presidente de Anif, Sergio Clavijo, dice que hay que consolidar una agenda interna, pues hay retraso en vías y las empresas deben ganar en productividad y tener menores cargas fiscales.
En esto coincide el jefe de investigaciones de Correval, Germán Verdugo, y añade que con eficiencia se logra ser competitivos, al margen de los vaivenes del dólar.
El analista insiste en que las empresas deben aprovechar las coberturas cambiarias, pues más que la revaluación, el tema es la volatilidad.
Para el investigador asociado de Fedesarrollo, Mauricio Reina, las compañías colombianas necesitan tener una nueva visión empresarial y culturas de negociación, con estrategias de mediano y largo plazo. "Es muy distinto venderle a un vecino que al otro. En el caso de Venezuela era una tarea relativamente fácil porque era un mercado casi cautivo y garantizado".
El profesor de la Universidad Javeriana, Álvaro Montenegro, señala que el mayor obstáculo es el sistema normativo. "Hacer negocios en y desde Colombia es un dolor de cabeza. Nadie sabe a qué atenerse, ni con las leyes laborales, ni comerciales, etc."
De otro lado, Clavijo piensa que el nuevo Gobierno debe recuperar un diálogo fluido con E.U. para la aprobación del TLC antes del 2011.
¿Y Doha?
Si se llega a cerrar la Ronda de Doha -explica el representante de Colombia ante la OMC, Eduardo Muñoz- a Colombia se le abre el acceso a Europa de 380 líneas de frutas, vegetales, derivados del tabaco, oleaginosas, conservas, mermeladas, entre otros.
La Unión Europea (UE) ya aceptó esa concesión sobre productos tropicales en la reunión de la OMC de diciembre, pero solo se aplicará si se logra el cierre de la negociación de la Ronda de Doha. ¿Se lograría este año? Para Muñoz, hacia marzo habría claridad, al menos sobre si hay capacidad política para la negociación, y siendo muy optimistas, antes de fin de año no se podría hablar de un cierre.
En diciembre, la UE decidió bajar gradualmente los aranceles al banano. La decisión debe ser confirmada por la Comisión y el Consejo europeos, sobre lo que Muñoz no ve problema. Tras esos pasos, la UE se comprometió a devolver aranceles pagados de más desde el 15 de diciembre, luego se considera que de hecho ya opera la rebaja del arancel.
Justamente, el jefe negociador de Colombia, Santiago Pardo, explicó que quedan pocos temas pendientes para el acuerdo con la UE. Se quiere mejorar las condiciones para acceso de banano y azúcar y hay asuntos por definir en lácteos, derivados de cerdo y licores. Europa quiere una mejora en la oferta de vehículos.
En propiedad intelectual faltan temas de indicaciones geográficas y normas de origen. Además, se negocian las exenciones arancelarias del Plan Vallejo y zonas francas.